El atraco de las preferentes

Pensionistas estafados, directivos millonarios

Esto es lo que deberí­a pasar ¿No? Pues no. Cuando nos referimos a los grandes bancos ocurre exactamente lo contrario. 90.000 gallegos han sido ví­ctimas de la estafa de las preferentes. La mitad de ellos, atracados por Novagalicia.

Seguro que todos conocemos algún caso directamente. Algunos de ellos especialmente sangrantes. Como el de los pensionistas a los que se les ha arrebatado los ahorros de toda una vida.

El montante del robo supera los 1.200 millones de euros. Más de la mitad del presupuesto anual de educación en Galicia.

Ha sido un robo, un fraude, una estafa. Todo el mundo lo reconoce.

Entonces, los responsables estarán en la cárcel, sus bienes habrán sido confiscados para resarcir a las víctimas del engaño, el gobierno habrá dictado nuevas leyes para perseguir a los criminales…

Nada de eso ha sucedido. Más bien ha pasado todo lo contrario.

El presidente de Novacaixa acaba de declarar que se devolverá, como máximo, el 30% del dinero.

¿Y qué pasa con el 70% restante? Se lo quedarán ellos. Los nuevos dueños de Novacaixa. Algún gran banco extranjero o nacional.

Y todo será legal. Porque la UE, es decir Alemania, es decir los grandes bancos alemanes, han decidido que “los ahorradores deben asumir parte de las pérdidas”. Es decir, que la víctima del atraco debe pagar al ladrón una parte del botín.

Y el gobierno español se ha dado mucha prisa en convertir en ley el dictado de Bruselas.

Los bancos nos atracan. Y los mismos gobiernos que les regalan miles de millones del dinero público, de nuestro dinero, dictan leyes para garantizar que el ladrón se quedará con la mayor parte del botín.

Basta ya de saquearnos. Y que encima pretendan que el robo sea legal.

Nuestras candidaturas, De Verdad contra la crisis-Unificación Comunista de España, exigimos que se encause penalmente a los máximos responsables de los bancos. Que todos sus activos sean incautados para satisfacer, en primer lugar, a los miles de ahorradores estafados.

Y que se reforme el Código Penal para endurecer, hasta el máximo nivel posible, el tratamiento penal a los abusos financieros de los grandes bancos.

No vamos a consentir que, mientras que a pensionistas y trabajadores se les roban impunemente sus ahorros, los ex directivos de esos mismos bancos disfruten de jubilaciones millonarias.

Deja una respuesta