El ERE en la Fábrica de Armas de Trubia

Ni industria ni defensa, saqueo y dependencia

El ERE planteado en la Fábrica de Armas de Trubia, y en el resto de las fábricas de Santa Bárbara en España, por su propietaria, la estadounidense General Dynamics desde que el año 2001 el Gobierno de Aznar se la vendió a precio de saldo, muestra sus dos caras negras, la agresiva destrucción del tejido industrial y la grave pérdida de la producción militar destinada a la defensa nacional.

Asturias, después de Castilla-La Mancha, es la comunidad que ha sufrido una reducción más severa, el 2,5% del PIB. Los datos aparecen diariamente en la prensa, un ERE tras otro, Armaduras del Norte, Fundición Nodular, Caixabank, Vibo Viajes, Vodafone, Iberia, Sedes y un largo etcétera.


El primer paso de General Dynamics hacia el previsible cierre generalizado de las fábricas de Santa Bárbara lo dio con el cierre hace un año de la histórica Fábrica de La Vega en Oviedo, dijo que no habría más despidos, pero el ERE de Trubia afecta a 289 trabajadores.


Ahora el ritmo avanza arrasando con los vestigios de lo que fue la industria nacional de armamento. En Coruña ha impuesto el cierre total de la fábrica y 600 despidos más en el resto de las fábricas en Palencia, Asturias, Granada, Sevilla y Madrid.General Dynamics compró a precio de saldo la Santa Bárbara que ahora quiere desmantelar


General Dynamics compró a precio de saldo la empresa estatal de armamento Santa Bárbara. Prometió ampliar, diversificar y modernizar la producción pero no lo cumplió. Obtuvo suculentas ganancias los últimos diez años, y ahora quiere cerrar a pesar de tener contratos pendientes por más de 5.000 millones de euros. Se perderán los puestos de trabajo y también las certificaciones y las homologaciones de Defensa. La causa no son las pérdidas en España, sino concentrar la producción militar en EEUU ante la caída del gasto militar del gobierno estadounidense en un 22%.

 

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, se lava las manos aduciendo que es una empresa privada. Aunque ocupe solares propiedad del Ministerio de Defensa, aunque la multinacional no pague ni el IBI por sus fábricas por estar en tales terrenos. La otra cara negra es la claudicación del Gobierno, no sólo manifiesta la gran dependencia política-militar de España, sino que el desmantelamiento de la industria de armamento nos hará aún más dependientes en lo militar, del hegemonismo de EEUU.

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