Movilizaciones en Navantia contra la liquidación y por carga de trabajo

Carga de trabajo o reconversión

Manifestaciones, cortes de carreteras, encierros Los trabajadores del sector naval público (Navantia), de las empresas auxiliares y de las comarcas donde están los astilleros se han echado a la calle ante la perspectiva de una nueva reconversión si no se logra carga de trabajo para los astilleros de Ferrol y la Bahí­a de Cádiz, después de que Gas Natural decidiera entregar la fabricación de cuatro buques gaseros a astilleros coreanos y japoneses.

Los dirigentes de Navantia y la SEPI dependiente del ministerio de Industria han llevado al sector naval público, otra vez, a una situación crítica, sin firmar ningún contrato en los últimos cinco años; astilleros como el de Puerto Real llevan un año sin carga de trabajo y los demás ven como se quedan sin nada a medida que entregan los últimos pedidos.

Los contratos para la fabricación de los cuatro metaneros de tercera generación, que los armadores Elcano y el noruego Knutsen contratados por Gas Natural han dado a Hyundai (Corea) e Imabari (Japón) por un total de 600 millones de euros, hubieran supuesto trabajo para 6.500 trabajadores de los astilleros de Navantia de Ferrol y Cádiz, junto con La Naval de Sestao, durante 3 años y para más de 400 empresas auxiliares o otras tantas de proveedores.

Las justificaciones de Gas Natural para no dar los contratos a Navantia por “incapacidad tecnológica” han indignado a los trabajadores que demuestran con hechos la falacia de la acusación. Mano de obra supercualificada, la mitad de la plantilla de Navantia son ingenieros. En palabras de J.A. Oliva, presidente del Comité Intercentros: “Cualquiera de los buques que hemos entregado en los tres o cuatro últimos años –a la Armada española, Australia o Venezuela- tienen muchísima más tecnología que cualquier buque gasero… la tecnología de Navantia es altísima, nos sobra capacidad y tecnología para los gaseros”. Lo mismo que han confirmado los Colegios de Ingenieros.«Navantia es una herramienta para salir de la crisis, invirtiendo en un sector que crea riqueza y trabajo»

 

Los problemas son otros. Las limitaciones y cuotas impuestas por la Unión Europea tienen una responsabilidad fundamental. El famoso “tax lease” (el sistema de financiación y ayudas a la fabricación cuestionado por Bruselas, denunciado por Holanda como mamporrero de Alemania, que exige la devolución de 2.000 millones de
euros de ayudas) ha lastrado la propuesta económica de Navantia a Gas Natural, para competir económicamente
con los astilleros coreanos y japoneses. Y el llamado “yugo de Bruselas”, impuesto en la reconversión de 2004, por el que Navantia tiene vetado poder contratar más de un 20% de construcción civil.

La otra parte de responsabilidad es de los gobiernos españoles sometidos a esos dictados, que no ponen en marcha los instrumentos necesarios para proteger y desarrollar todas las capacidades de nuestra propia industria, al contrario, cuando no la venden al capital extranjero la jibarizan a base de reconversiones destructivas, como han hecho con el naval.

Aún así, el sector naval sigue siendo un sector estratégico, entre otras cosas por su capacidad para generar riqueza y empleo y desarrollo tecnológico. Entre los astilleros públicos y privados generan más de 130.000 empleos directos e indirectos. Sólo Navantia, con una plantilla de 5.500 trabajadores genera 38.000 empleos. Las posibilidades de futuro del naval, en un país como España con 8.000 km. de costa, son ilimitadas, tanto en la construcción militar como en la civil, tanto en la construcción de buques como en los nuevos campos de plataformas marinas (eólicas por ejemplo), o en las reparaciones de los gigantes del mar (portacontenedores, petroleros…) Sólo falta la voluntad política para romper con las imposiciones de la UE e invertir y dotar al sector de los recursos necesarios para desarrollarlo como uno de los más modernos y competitivos del mundo.

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