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Los hombres de negro regresan a España

Una vez cerrado el programa de rescate financiero, el BCE y la Comisión Europea regresan este lunes a España para revisar las tripas del sistema bancario y estado de las cuentas públicas. Se trata de la primera visita del programa de seguimiento de la ayuda financiera, el cual tendrá una duración de dos años.

Según fuentes de Bruselas, los representantes de la Comisión y el BCE mantendrán reuniones con la dirección de la Sareb, del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), del Banco de España y de las entidades rescatadas. También habrá encuentros con miembros destacados de varios Ministerios. Aunque el foco de las discusiones se pondrá sobre el estado del sistema financiero, la misión preguntará además por las cuentas públicas, la reforma fiscal y el crecimiento.

La mayor parte de las conversaciones tendrán lugar durante la semana que viene. No obstante, debido a la importancia de los datos de contabilidad pública que se darán a conocer el próximo 31 de marzo, los hombres de negro permanecerán hasta el 3 de abril para poder discutir el detalle del déficit público, cuya previsión de cierre sin ayudas bancarias alcanza el 6,7 por ciento del PIB, dos décimas por encima del objetivo comprometido por Bruselas del 6,5 por ciento. Pese a todo, la Comisión y el Gobierno español ya han acordado que no se exigirán más medidas porque el Reino de España ha cumplido con el esfuerzo de ajuste estructural, aquel que no tiene en cuenta la caída de la economía.

El repaso al cierre de ejercicio de la Sareb será otro de los ejes de la visita. No en vano, la institución presidida por Belén Romana fue señalada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe sobre el sistema financiero español, con fecha del pasado febrero. El organismo presididor por Christine Lagarde reclama a la Sareb que desarrolle nuevas estrategias de liquidación de activos orientadas a apoyar su flujo de caja y su rentabilidad, al tiempo que recomienda que éstas se puedan ajustar ágilmente a las «cambiantes condiciones» de la economía. Entre sus críticas también aparecieron un ritmo de ventas de estos activos dañados menor de lo esperado debido a los precios del mercado inmobiliario y a la liquidez.

Pese a que el rescate de la banca española se ha cerró formalmente el pasado 23 de enero, España seguirá bajo la vigilancia del fondo de rescate europeo (el MEDE) hasta que haya devuelto la totalidad del préstamo de 41.300 millones de euros recibido de los socios del euro. El memorando de entendimiento del programa de asistencia (MoU, por sus siglas en inglés) se da así por concluido, después de que la troika haya confirmado el cumplimiento de todas las condiciones impuestas al sector financiero español.

La factura definitiva del rescate, según Bruselas, ascendió a 59.000 millones de euros. Los propios bancos aportaron la parte más pequeña, con 5.000 millones de euros logrados mediante venta de activos y ampliaciones de capital. A los inversores en deuda júnior (preferentes) les correspondió el dolor más inmediato, con unas pérdidas totales de 13.000 millones de euros. Y al contribuyente, la carga a largo plazo de 41.300 millones de euros, el préstamo facilitado a España por el fondo de la zona euro (Mecanismo europeo de estabilidad o MEDE, según su nombre oficial).

España ya ha empezado a pagar las comisiones del préstamo y los intereses (con un recargo del 0,30% sobre el coste de financiación del MEDE). Y entre 2022 y 2027, abonará el principal a razón de 6.578 millones de euros por año, salvo en dos ejercicios (2024-2025) que abonará 7.511 millones.

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