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Cuatro lecciones que aprender sobre la crisis de Ucrania

Ucrania se ha convertido en el último campo de batalla de la Guerra Fría, y puede que la crisis active la II Guerra Fría. La Declaración de Independencia del Parlamento Crimea después del referéndum el 16 de marzo indica que Crimea puede seguir adelante y unirse a Rusia. El pulso entre Rusia y las potencias occidentales nos enseña cuatro cosas.Un conflicto geoestratégico conduce a la tragedia de los políticos de las grandes potenciasLa mayoría de los habitantes del oeste de Ucrania son católicos, mientras que en Ucrania oriental la mayoría son ortodoxos rusos. La crisis financiera provocó un conflicto entre civilizaciones, empujando a Ucrania al borde de la bancarrota y la fragmentación. Esto creó un vacío que ofreció a las grandes potencias una oportunidad para inmiscuirse en los asuntos de Ucrania.La dependencia económica excesiva ucraniana de Rusia es el talón de Aquiles de su seguridad nacionalEn los últimos años, los países occidentales han tenido éxito en la promoción de varios cambios de régimen político. Ucrania está al borde del impago por deuda y de la bancarrota. La dependencia económica excesiva ucraniana de Rusia es el talón de Aquiles de su seguridad nacional. Los países occidentales han aprovechado este punto débil para promover el cambio de régimen en Ucrania.El fracaso de los países occidentales de aprender de la Historia termina en conflictoEl colapso de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría generó un grado de complacencia en el oeste. Posteriormente, con el ascenso del neoconservadurismo y neo imperialismo, Estados Unidos se ha visto envuelto en conflictos como la invasión de Irak y la guerra en Afganistán. Estos puntos de tensión son el resultado de la incapacidad de Occidente para entender de las lecciones de la Historia.Las segundas intenciones de los países occidentales demuestran su hipocresíaAlgunos países occidentales fueron rápidos en apoyar el referéndum de independencia celebrado en la provincia autónoma de Kosovo y Metohija entre el 26 y el 30 de septiembre de 1991; Ahora se oponen al referéndum en Crimea. En el pasado han defendido que los derechos humanos, por ejemplo el derecho a la autodeterminación, priman sobre la soberanía; Ahora afirman que la soberanía y la integridad territorial de Ucrania son primordiales. Estos cambios de actitud muestran que los valores de las potencias occidentales están totalmente determinados por sus propios intereses.El 17 de marzo, los primeros resultados mostraban que el 96,6% de los crimeos votaron la anexión a Rusia en el referéndum del domingo. Estados Unidos se niega a aceptar el resultado del referéndum. La crisis en Ucrania continuará planteando un enorme desafío a las grandes potencias.

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