"La Cena " en el Teatro Lope de Vega de Sevilla

Entrevista a Albert Boadella

La escena ocurre entre pucheros, un delirante cheff se encarga de preparar el menú para la cena que el Gobierno de España encarga para impresionar a los jefes de estado en la clausura de unas jornadas medioambientales. ¡Hay que salvar el planeta! Pasen y vean.

En tu última obra satirizas el “buenismo” o “ensamiento Alicia”, pero ¿qué es? Me refiero a esta fiebre de bondad, solidaridad que se da hoy entre los políticos, pero también en los periodistas y ya hasta en la propia ciudadanía. Hay una obsesión por hacer exhibiciones de bondad y eso a mi me resulta sospechoso. Cuando uno hace cosas para los demás lo hace en silencio sin exhibirse. ¿Hay más tartufos ahora que en la época de Moliere? Sí. La sátira es casi más propia de nuestra época que de la Francia de Moliere. En esta genial sátira retrataba la hipocresía, la impostura de la corte de Luís XIV, de ese pequeño núcleo pero ahora hablamos de una sociedad. Esta sátira como todos los textos clásicos retrata un aspecto esencial del carácter humano. Al Gore, cuando fue vicepresidente de los EEUU no firmó los tratados de Kioto y sin embargo, tiene un premio Nóbel. Esun personaje tópico de tartufo. El medio ambiente es una de estas nuevas formas de cubrir la mala conciencia, además se ha encontrado en el medio ambiente un negocio fantástico. El caso de Al Gore es un caso claro de tartufismo. Cuando era vicepresidente de una potencia mundial, con poder para hacer cambios importantísimos no lo hizo, ahora que no tiene el cargo sí hace campaña- En la obra el personaje del gran cheff opta por el canibalismo para salvar el medio ambiente. Es curioso porque hoy estos “ecologistas” bombardean Gaza. ¿Es que como dice el cocinero sobra carne? Son justificaciones políticas para tener tranquila la conciencia. Poco nos podemos creer de las políticas que hacen frente a la cuestión medioambiental. La contaminación y el medio ambiente no es un problema de África sino de los estados occidentales. Está ligado al problema económico de inducir al consumismo para que la economía funcione. Es muy difícil que la gente cambie de coche o lavadora cada dos años. Incluso no podemos fiarnos de los científicos, porque unos trabajan con unos y otros con otros. La obra se subtitula “Un cuento medioambiental”, lo digo en el sentido metafórico y literal ¿Nos hemos vuelto unos puritanos? Hay una gran tendencia al puritanismo, es lógico por la influencia de la sociedad anglosajona es muy fuerte. La sociedad anglosajona es muy puritana y todo esta legislado hasta lo más intimo, no se deja libertad al individuo. Los ciudadanos se tienen que autorregular, legislar todo me parece muy arriesgado, podemos encontrarnos con un problema de libertad. Cuando Europa, se dejó colar esto que parece tan inocente, que es multarte por no ponerse el cinturón eso a mi entender es una intromisión en la libertad individual, porque no afecta a terceros. Hábleme del trabajo de los actores en la obra Trabajo con un equipo de actores que es el mejor de España. No es vanidad es verdad. Hace treinta años que trabajan conmigo. En esta obra el trabajo del actor es esencial, cambian de personaje en segundos incluso al público le cuesta reconocer al actor. Además no se apoyan en la escenografía, son ellos los que crean los espacios, los climas, las puertas incluso las sillas con su cuerpo. Este es uno de sus mayores meritos. No se debe olvidar que el teatro es ante todo el arte del actor, ni director, ni autor. ¿Como ha sido el proceso creativo del texto? Tengo a mi disposición un grupo de actores fijos, con los que trabajo desde hace muchos años. En primer lugar cuando escribo un guión pienso en los actores que lo van a hacer, mi conocimiento de las posibilidades de este actor es decisivo en este caso. Además me permito hacer un guión con grandes vacíos para trabajarlo con los actores. Solo les indico las líneas básicas de por donde tiene que ir la obra. Se trabaja la improvisación. El trabajo tiene un toque muy especial. Es la primera vez que se encarga de dirigir un teatro público. ¿Con que objetivos y política se lo ha planteado? Yo he sido siempre muy crítico con los teatros públicos. Creo que han sido una competencia desleal tremenda sobre la iniciativa privada. El teatro es un trabajo privado principalmente. Ahora tengo la oportunidad de hacer un teatro público con sentido común, que no sea una competencia desleal sino lo contrario. Tenemos unas magníficas instalaciones a disposición de la gente que demuestra un talento, no son espacios para los que acaban de empezar pero si para gente que no ha tenido oportunidad de mostrar su trabajo y aquí tienen un espacio técnicamente magníficamente equipado. No voy a programar el teatro que a mí me gusta. Un teatro pagado con el dinero de todo el mundo debe ser para todos los públicos, estaría encantado de que se hagan zarzuelas o teatro experimental experimenta. Además hay una apuesta muy importante por la danza clásica que hasta ahora no había tenido casi apoyo.España ha sido un país destacado desde el punto de vista de bailarines y da la sensación de que toda esa historia no tiene ninguna importancia. Y sí es importante, la danza clásica, su evolución y todos los estilos que ha dado lugar. Además esto sí es una cuestión personal, yo soy un forofo de la danza, me gusta una barbaridad y creo que es uno de los espectáculos mas emotivos, lógicamente cuando son buenos, a veces ves cosas infumables.

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