SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Se va Rubalcaba

Una vez que fracasó su intento de colocar a Susana Díaz al frente de la secretaría general del PSOE para continuar él como líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba ha anunciado que se va de la política y asegura que vuelve a la Universidad –donde tiene que ponerse al día después de 20 años de ausencia-, aunque lo mas seguro es que se quede en el entorno del PSOE –puede que en una fundación- e ingrese en un Consejo de Administración del Ibex, una vez que goza de reconocimiento entre el poder económico y financiero del país donde se le considera el ‘estadista’ del PSOE. No en vano su último ‘servicio’ ha sido colaborar a favor de la abdicación del rey Juan Carlos I, y hacer un frente común con Rajoy para frenar al independentismo catalán de Artur Mas.

Pero Rubalcaba no se quería marchar y quiso jugar la carta de la presidenta andaluza Susana Díaz, lo que de haber funcionado le habría dejado a él como el hombre fuerte del PSOE en Madrid y como portavoz en el Congreso hasta el final de la legislatura. Pero la andaluza dijo no y, al aparecer Madina y Sánchez -los dos son diputados- como los candidatos con mas posibilidades para ganar el congreso del PSOE y asumir el liderazgo de la oposición en el Congreso, Rubalcaba se despidió. Y lo hizo emocionado al recibir el aplauso unánime de la Cámara, en cuyo hemiciclo tantas veces brilló. Aunque su fuerte siempre fue el manejo del poder a media luz, en los despachos y distintos conciliábulos de Madrid, donde se movía como pez en el agua.

Abdica el Rey Juan Carlos, se va Rubalcaba y en el PP muchos son los que miran de reojo a Rajoy, quien ayer hablaba de fútbol con el presidente Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial. Se va sobre todo Rubalcaba después de haber acumulado dos sonoras derrotas nacionales en las elecciones generales de 2011 y en las europeas del 25 de mayo pasado, amén de otras en Cataluña, el País Vasco y Andalucía, bajo su liderazgo.

Y con su marcha se le pone punto final a los tiempos de González y Zapatero, en cuyos gobiernos Rubalcaba participó, tras haber apostado por Bono en el Congreso del PSOE en el que ganó ZP, pasándose a sus filas. Y donde se hizo famoso por su declaración, en las vísperas electorales de 14-M de 2004 y tras el atentado terrorista islámico de Madrid, cuando dijo ‘España no se merece un gobierno que le mienta’, en alusión a las ambigüedades y las mentiras de Aznar –‘lejanas montañas, remotos desiertos’- sobre la autoría del atentando terrorista islámico que costó la vida a 200 personas y heridas a casi mil.

A partir de entonces, Rubalcaba fue el hombre de Felipe González en el Gobierno de Zapatero, pero fracasó a la hora de controlar al inefable y catastrófico presidente del Gobierno. Aunque, eso sí, le cerró dos veces la puerta a la heredera de ZP, Carmen Chacón, la que ya veremos si reaparece en las primarias del PSOE, lo que no le será fácil si gana Madina (otro del bando de ZP) o Sánchez, que parece un político mas sólido e innovador.

Rubalcaba colaboró con González en los años negros del GAL y de la corrupción felipista, intentando controlar la situación, pero el poder se les fue de las manos en 1996. Y fue, finalmente, en los comicios de 2011 donde tuvo su oportunidad de liderazgo, de ser él, pero lo único que logró fue la mayor derrota del PSOE, justo es decirlo gracias a la ruinosa herencia de Zapatero, con un 28,7 % de los votos, que en las pasadas europeas rebajó al solo 23%, camino de su final político, pero cerrando la puerta, por tercera vez, a Chacón al imponer un congreso extraordinario del PSOE por delante de las primarias.

No cabe duda que el discurso político y la habilidad dialéctica de Rubalcaba son reconocidas por todos, así como su capacidad para pactar y negociar. Y facilidad también para cambiar de posición, como se vio con sus últimos pactos con Rajoy a pesar de que le pidió la dimisión por el caso Bárcenas del que pronto se olvidó.

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