SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

Un hito para modelar un mejor orden mundial

El presidente chino, Xi Jinping, volvió a China el viernes tras completar su segunda visita a América Latina desde que asumió la presidencia en marzo de 2013.

La gira, de casi dos semanas de duración, no solo consolidó notablemente las relaciones de China con Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba, sino también abrió un nuevo capítulo en la cooperación de beneficio mutuo entre el gigante asiático y la región que está progresando a lo largo del Pacífico con el establecimiento de un foro China-América Latina.

Sin embargo, eso no es todo lo que hay. El viaje, que también llevó a Xi a la ciudad brasileña de Fortaleza para la sexta cumbre del bloque de mercados emergentes BRICS, dió frutos de importancia global de amplio alcance.

En un avance significativo y grande en su cooperación, las principales cinco economías emergentes (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) decidieron establecer un banco de desarrollo y un fondo de reservas de contingencia.

La importante consolidación de la asociación de los BRICS, junto con el fortalecimiento sustantivo de la cooperación China-América Latina, están en consonancia con las aspiraciones del mundo en vías de desarrollo de alcanzar un orden internacional más equitativo y razonable.

La perspectiva global por la que China y otros países en vías de desarrollo luchan se caracteriza por una cooperación de beneficio mutuo basada en la igualdad y en el respeto recíproco. Eso no es un juego de suma cero de rivalidad, ni un sistema de esferas de influencia que coloque un país en la «órbita» de otro o reduzca una región a un «patio trasero» de algunas grandes potencias.

Por ejemplo, el banco de desarrollo de BRICS no ha sido diseñado en absoluto para quebrantar o rivalizar con las instituciones existentes de Bretton Woods. Este en realidad tiene como objetivo complementar al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional y cubrir las necesidades de los que reclaman ayuda pero quedan desatendidos por éstos debido a la falta de recursos o de voluntad.

De la misma manera, la interacción cada vez más estrecha entre China y América Latina no tiene como objetivo mordisquear la influencia y los intereses de Estados Unidos en la región ni realizar contrapeso al llamado «reequilibrio» en Asia. Es nada más que un resultado natural de las necesidades de desarrollo de ambas partes que no supone ninguna amenaza para nadie.

Este es el mensaje más rotundo que da el viaje de Xi. Es una reafirmación del afán y compromiso de Beijing por un orden global que responda mejor los intereses de los países en vías de desarrollo. Y también es una llamada por una acción global hacia este objetivo.

Deja una respuesta