Ruth Hernández, miembro de la Coordinadora General de Recortes Cero desde Euskadi

«Fijaros que sencillo. ¡No aceptamos recortes! ¡Recortes Cero!»

Ruth Hernández ha encabezado la expansión de Recortes Cero en Euskadi, donde más han crecido, en cantidad y en calidad, las asambleas de base. Forma parte de la Coordinadora de Recortes Cero, y fue la tercera candidata en las pasadas elecciones europeas. Reproducimos, por su interés, su intervención en la IIª Asamblea General de Recortes Cero.

Yo os voy a decir por qué nos llamamos Recortes Cero. Obama hace una llamada por teléfono a Zapatero y miles de enfermos se quedan sin camas en el hospital. Una pequeña reunión veraniega entre el PP y el PSOE, y constitucionalmente se paga la deuda a la banca extranjera, a JP Morgan, al Bundesbank, antes de garantizar que los niños de menos de siete años tengan tres comidas al día.

Ya sabemos que el problema principal es que los ciudadanos y ciudadanas tenemos recortess, económicos, sociales, culturales y de derechos y libertades. Recortes en la cultura, en la ciencia, en el arte, en la ecología. Recortes en la soberanía nacional. «Cuando decimos Recortes Cero, estamos proponiendo un reto, un futuro luminoso, una necesaria e imprescindible lucha»

Nosotros, orgullosos, nos pusimos el nombre de Recortes Cero. Y os quiero decir que esto concentra una alternativa política y una voluntad. Cero recortes. No admitimos recortes.

Los corruptos a la cárcel, si. La corrupción hay que tratarla como a una trama de crimen organizado. Y los corruptores forman parte de la trama. En eso no hay duda, lo tenemos claro. Pero los recortes no los han impuesto los corruptos. El FMI ha impuesto lo que han llamado “recetas”que han sido siempre recortes. Han exigido a España y a los españoles que se rebajen los salarios y que se rebajen los llamados “gastos sociales”. Que vaya vergüenza, llamar a la sanidad un “gasto social”.

Los recortes han venido cuando desde Bruselas o el Banco Central Europeo han hecho “propuestas para salir de la crisis”, y siempre han consistido en recortes. Para imponer los recortes han contado con la sumisión de la oligarquía y los gobiernos sumisos de aquí.

Son el FMI y el Banco Central Europeo de la Merkel, y también los grandes empresarios del Ibex-35, los que exigen que se aplique la edad de la jubilación a los 67, los que preparan más copagos sanitarios, y a los que les parece “floja” la reforma laboral.

Todos sabemos que en España hay riqueza. El problema es cómo se distribuye. En los presupuestos del Estado hay 36.000 millones que van solo a pagar los intereses de la deuda. Esos 36.000 millones se quitan de sanidad, de educación, de dependencia, de pensionistas.

Cuando hablamos de sanidad, hablamos de ciudadanos y ciudadanas que están enfermos, que están débiles en ese momento. Cuando hablamos de educación hablamos de niños, de adolescentes, que son expulsados de la universidad por matrículas abusivas. Y cuando decimos dependencia hablamos de familias que atienden a personas dependientes, gente nuestra.

¿Seguro que no son los recortes el problema principal? Porque recortes son desigualdades. Las 20 personas más ricas en nuestro país concentran lo que tienen 14 millones de personas nuestras. España es el país que encabeza la brecha entre ricos y pobres. Los recortes son pobreza. De cada cinco españoles, uno vive en el umbral de la pobreza. Según el último informe de los sindicatos, el 12,3% de los trabajadores está por debajo del umbral de la pobreza. Cientos de miles de familias están en la “pobreza energética”, pasan frío. Y la pobreza infantil es especialmente sangrante, porque somos el país que menos hijos tiene y donde son más pobres. Según Cáritas, el 27% de los niños son pobres. Es decir, uno de cada cuatro de los niños que vemos por las mañanas está por debajo del umbral de la pobreza.

Hay que unir por encima de ideologías, de nacionalidades, de religiones, de opciones políticas y de edades. Unir a toda la población para que no se aplique ni un solo recorte. No debe quedar ni un solo recorte sin respuesta.

Algunos pueden pensar que ir contra los recortes es una alternativa a la defensiva. En Brasil, cuando Lula hizo la campaña “Hambre Cero” también le dijeron “pero si eso solo es pedir para comer”. Lula se comprometió a que al término de su mandato cada brasileño comería al menos una vez al día. Para hacerlo tuvo que remover Roma con Santiago, porque se tuvo que enfrentar a EEUU, a los monopolios, a la derecha, a los golpistas. Lula, para conseguir “Hambre Cero”, tuvo que hacer grandes cambios en el sistema. Cuando nosotros nos proponemos Recortes Cero, estamos proponiendo un reto, un futuro luminoso, una necesaria e imprescindible lucha.

Fijaros que sencillo. ¡No aceptamos recortes! ¡Recortes Cero!

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