Syriza roza la mayorí­a absoluta en las elecciones griegas

El pueblo griego dice NO al saqueo de la troika

En el mitin de cierre de campaña, Alexis Tsipras fue muy claro: «Pedimos la mayorí­a absoluta para romper con la Troika y reconstruir Grecia». Y el pueblo griego ha respondido masivamente, otorgando a Syriza una contundente e histórica victoria.

El 36,3% de los votos consechados por Syriza se traducirán en 149 diputados, a solo dos de la mayoría absoluta. Y para formar gobierno, la coalición de izquierdas puede apoyarse en To Potami -un partido de centro- o en Griegos Independientes -una escisión de la derecha oficial-. Ambos partidos se han enfrentado a los dictados de la troika y se han declarado dispuestos a favorecer un gobierno de Syriza. «El programa de Syriza es una enmienda a la totalidad al saqueo del FMI y Merkel, al atraco de la oligarquía nacional y a la sumisión vergonzosa hacia Washington y Berlín»

La victoria de Syriza se une al hundimiento del bipartidismo que ha ejecutado el “sacrificio” de Grecia a las órdenes de Washington y Berlín. Nueva Democracia, hasta ahora en el gobierno, quedará con la mitad de los diputados obtenidos por Syriza. Y el PASOK, los socialistas griegos, que presidían el país hace cinco años, quedan relegados a la irrelevancia política.

Van a intentar poner todos los palos posibles en las ruedas de la victoria de Syriza. De hecho ya han empezado. Manipulando groseramente lo que el pueblo griego ha dicho muy alto y muy claro.

Al valorar el resultado de los comicios, El País afirma que “la victoria de Syriza representa, desde el punto de vista griego, un rotundo ¡basta! a la intransigente aplicación de las medidas de austeridad”.

No es verdad. El programa de Syriza -y por eso los griegos le han votado de forma masiva- no se limita al rechazo de la “austeridad”, y mucho menos a su “aplicación intransigente”.

Por cierto, su manipulación del lenguaje es emblemática. ¿Cómo se puede llamar “austeridad” -algo loable y opuesto al derrroche- a lo que es un robo descarado?

Tras confirmarse la victoria de Syriza, Alexis Tsipras afirmó que “el mandato del pueblo griego soberano es claro. El memorándum [el programa de recortes impuesto por Washington y Berlín] y la troika son cosas del pasado”. Añadiendo que “hoy ha perdido la Grecia de los oligarcas”. Y remachando con una promesa: “nuestra prioridad es devolver la dignidad nacional perdida a Grecia”.

El programa de Syriza es una enmienda a la totalidad al saqueo del FMI y Merkel, al atraco de la oligarquía nacional y a la sumisión vergonzosa hacia Washington y Berlín.

Por eso Yanis Varoufakis, al que tmuchos sitúan como futuro ministro de Economía en un gobierno de Syriza, ha declarado que “si Grecia no crece, un Gobierno de Syriza no pagará la deuda”.

Por eso el programa de Syriza propone aumentar el impuesto de sociedades y elevar el IRPF para las rentas de más de 500.000 euros hasta el 75%.

Por eso Alexis Tsipras ha declarado que no piensa ir corriendo a ver a la canciller alemana, Angela Merkel, «una más», para él, «de los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la UE».

Por eso Syriza propone aumentar la democracia directa, eliminando la inmunidad de los corruptos, y sometiendo a votación popular todos los tratados europeos e internacionales -exactamente lo que prohibió Merkel y provocó la caída del gobierno socialista al plegarse a las exigencias de Berlín-.

Por eso el programa de Syriza, que la mayoría de los griegos ha apoyado, propone cerrar todas las bases extranjeras, retirar todas las tropas fuera del país y salir de la OTAN.

Desde el mismo momento de confirmarse la victoria de Syriza, Washington y Berlín se han lanzado a intentar “reconducir” el programa de Syriza.

El líder de los socialdemócratas europeos, Gianni Pittella, ha celebrado la victoria de Syriza, porque “permite romper con la austeridad”. Pero inmediatamente ha añadido que “la renegociación de la deuda griega, en particular la extensión del rescate, no debería considerarse ya un tabú”.

En una maniobra de prestidigitación, la “renegociación de la deuda” se convierte en… “la extensión del rescate”. Es decir, podemos “abrir la mano” con la deuda… si tú cumples con el programa de recortes.

El editorial de El País es incluso más claro, proponiendo que “Syriza proponga, sugiera y defienda lo que considere que mejor conviene a sus conciudadanos, pero sin romper con los compromisos contraídos”.

Todo está permitido… menos romper las reglas del juego. Ustedes tienen que aceptar la Europa alemana y el diktat del FMI… Y entonces nosotros seremos generosos.

Si la victoria de Syriza puede representar la salida del túnel para Grecia y, como reconoció Alexis Tsipras, “una victoria de todos los pueblos de Europa”… es precisamente por todo lo contrario. Porque se propone desafiar las “reglas del juego” que ellos han impuesto para ganar siempre.

¿Por qué tenemos que aceptar una “Europa alemana” que enriquece a Berlín mientras saquea a un sur de Europa que ellos llaman despectivamente PIGS? ¿Por qué debemos aceptar que las bases americanas, nuestra pertenencia a la OTAN o que soldados españoles participen en las guerras de agresión del Pentágono sea algo “ineludible”? ¿Por qué no podemos imponer una política fiscal realmente progresiva, donde las grandes fortunas paguen un 75% de sus escandalosas ganancias en impuestos?

Nos dicen que todo esto es imposible. Que como mucho podemos negociar con Berlín o con Washington mejores condiciones. Pero el pueblo griego ha votado para romper con todo esto. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo en España?

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