SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Draghi sitúa al Gobierno de Syriza en bono muy basura

La decisión del Banco Central Europea parece técnica, pero es política de primer orden. La institución que dirige Mario Draghi ha decidido adoptar una línea dura frente a la frivolidad que ha constatado en los primeros días de Gobierno de Syriza, que queda muy debilitado.

Su consejo de gobierno ha decidido retirar la excepción que tenía Grecia en la ventanilla del BCE. Eso significa colocar la deuda pública de ese país en situación que se puede calificar de muy basura. En realidad la deuda de ese país es ya considerada desde hace años bono basura por las agencias de calificación a niveles de país africano por considerar que un estado con una deuda pública que representa el 177% de su Producto Interior Bruto es un destino muy arriesgado como para que alguien le confíe dinero. Sin embargo, gracias a los compromisos de los Gobiernos griegos de cumplir con los programas de rescate de la Troika, el BCE hacía la vista gorda y aceptaba bonos griegos como garantía casi como si fueran alemanes. De ese modo, la banca griega se financiaba a bajo precio y Grecia podía colocar su deuda entre los inversores a una prima de riesgo ficticiamente limitada.

Eso ahora se acaba y aunque siga abierta la ventanilla del Banco de Grecia es más cara y frágil que la sólida de Francfort,. El Gobierno de Tsipras no tiene más remedio que pasar por el aro o dar muestras claras de ello antes del 11 de febrero que es el calendario del BCE o poner a su sector financiero en delicadísima situación.Grecia no está en condiciones de afrontar por sí sola un rescate bancario. De hecho, ni siquiera España pudo en 2012 y tuvo que pedir 40.000 millones a la UE.

Draghi ha escuchado horas antes de la decisión al ministro griego de Finanzas y, tras tomar nota de sus argumentos, ha decidido que sus bonos son un altísimo riesgo inaceptable.También el abrazo del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, a Tsipras es un abrazo de oso.

El BCE ha cumplido la amenaza que lanzó ya el pasado fin de semana su vicepresidente Vitor Constancio mientras Syriza parecía estar echando un pulso fructífero a la UE. La autoridad monetaria justifica su decisión ya formal, porque no ve en Syriza compromiso suficiente de que va a cumplir con éxito el programa de austeridad establecido con la Troika. Ésta ha cometido claros errores, según admite la propia Comisión Europea, pero es indudable que la UE no va a permitir que Grecia imponga lo que no pudo Portugal. La UE debe corregir sus errores, pero el Gobierno de Syriza debe tener claro que si quiere estar en un club solo puede cambiar las reglas por consenso de todos. De momento, las pequeñas y medianas empresas griegas y las familias de ese país tienen ya mucho más caro financiarse que antes de las elecciones y habrá que ver como reacciona la población al gran peligro que se cierne sobre su economía.

El Gobierno de Tsipras ha pasado en los últimos días de proclamar el fin de la Troika y la austeridad a una sorprendente declaración de su ministro griego de Finanzas, Yannis Varoufakis, a Financial Times asegurando que buscará el superávit presupuestario aunque implique que Siryza no pueda cumplir promesas electorales de gasto. Para ese viaje…También matizó que no quería una quita directa de deuda, sino una reestructuración sofisticada. Eso no ha bastado para convencer al BCE que juega fuerte en un aviso a navegantes por si llegan al poder en la Eurozona otros movimientos anti austeridad como Podemos.El que se quiera salir del guión se lo tiene que pagar él y fuera del euro y del BCE hace un frío helador para una economía con un 24% de paro como es la griega…y otras.

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