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Cadáveres polí­ticos anunciados

Hay cosas que pasan que no tienen explicación, pero pasan y cuando de alguna manera lo has presentido, adivinado o te lo ha sugerido un misterioso comunicador, entonces te entra un vibrante escalofrío y un merecido temor por haber penetrado en el reino de las sombras, máxime si los hechos posteriores te dan la razón.

No se lo van a creer, pero en los salones del viejo castillo de Perilleux, donde vivió siglos atrás el gran escritor y pensador Montaigne, se ha celebrado una sesión de espiritismo convocando para tal evento a la sabiduría del desaparecido y gran genio español don Julio Cerón, en pos de lograr un pronóstico sobre lo que va a ocurrir en España durante este intenso año electoral, a sabiendas que Cerón era un conspicuo y avezado analista y conocía este país como la palma de su mano.

Tenemos que decir que en semejante sesión de espiritismo político no se utilizó la técnica de la güija, ni el vaso acusador, ni a una médium de reconocido renombre. Simplemente, sobre la mesa de recia madera de roble de la biblioteca del castillo, por donde merodeaban alegremente unas gallinas guineanas, se colocaron boca arriba las cartas de una baraja española en las que aparecían las caras de los políticos españoles. Muy al estilo de aquella nomenclatura sobre una baraja francesa que usaron los norteamericanos en Irak para dar caza a los mandos del ejército y dirigentes de Sadam Husseim tras su entrada en Bagdad. El as de picos era el propio Sadam.

Una vez desplegadas las cartas españolas (solo las figuras, sotas, caballos reyes y ases) sobre la mesa y en un amplio circulo, en el centro se colocó la pluma de acero con mango de nácar y punta de plata con la que solía escribir sus acrósticos, poemas y adivinanzas el mismísimo Cerón. Luego se apagó la luz y se invocó la presencia del Maligno para que recibiera las cabezas de los políticos que decapitadas, rodando hacia el suelo y separadas de sus cuerpos, irían al séptimo círculo del infierno durante la reyerta electoral en el curso 2015/2016.

Solo la luz de dos tenues velas iluminaban el sortilegio al que fuimos invitados, por deferencia de una gran dama, hermosa y rubia como Helena de Troya, organizadora del acto y cuyo nombre no podemos desvelar. Al fondo de la biblioteca un viejo músico francés interpretaba al chelo el Réquiem de Mozart para dar más dramatismo y solemnidad a la extraña convocatoria del espíritu de Cerón.

De pronto la pluma de afilada punta de plata empezó a vibrar, y los asistentes nos quedamos paralizados. Y acto seguido y, tras dar unas vueltas sobre sí misma, la pluma se paró frente a la sota de oros, en la que aparecía la cabeza del chino de la coleta blanca, el inefable Ignacio Gonzalez, el presidente aún de la Comunidad de Madrid a quien, pocos días después, el malvado Mariano Rajoy, barba blanca, le había cortado la cabeza y expulsado de la lista electoral del 24 de mayo.

Cuando llegó su cese, pensé que lo ocurrido con el primer señalamiento de Perilleux había sido una mera coincidencia. Pero hete aquí que la pluma mágica de Cerón en el segundo y el tercer señalamientos había apuntado a la sota de copas con la cabeza de Juanma Moreno Bonilla, el candidato del PP derrotado en Andalucía, y a la Reina de Bastos, ¡Rosa Díez! Y cuando acabaron las elecciones andaluzas el corazón me dio un vuelco porque los tres señalamientos mencionados fueron tan certeros como las flechas de Robin Hood. Y me dije ¡diantres, voto a bríos! ¿Quienes eran el cuarto, quinto y sexto de los señalados?

Lo sé, y la lista que tengo anotada en un cuaderno azul, como el que escondía en su despacho de Moncloa Jose María Aznar, llegaba a los dieciséis decapitados lo que pone los pelos de punta, porque en esa lista están peces muy gordos del poder y algunos de ellos ubicados en primeros puestos del escalafón, lo que anuncia sorpresas de gran envergadura en los próximos días y semanas.

Y dirán ustedes ¿quiénes son los próximos en caer? Eso no podemos desvelarlo porque hicimos juramento de no adelantar acontecimientos. Solo se nos permite decir, a toro pasado, si la pluma mágica de Cerón acertó. Y de momento lleva tres dianas por estricto orden cronológico.

Sí podemos decir que en los alrededores del castillo y con zombis deambulantes por el foso de la muralla vimos pasar a los espectros de Aguirre, Cospedal, Mas, Montoro y algunos otros más como si, con su desfile y agudos quejidos pidieran clemencia para evitar un doloroso final. Y preguntarán ustedes: ¿y Rajoy? Pues también estaba el espectro zombi de Rajoy aporreando el puente levadizo para que le dejaran entrar en la plaza de armas y ponerse a salvo. Pero el rastrillo del castillo no cedió y la puerta levadiza permaneció bloqueada lo que le augura a Rajoy -y él sí que cree en las meigas- un fatídico final. Pero no adelantemos acontecimientos porque este relato continuará. Y desde el foso de Perilleux llega otra angustiada pregunta por el aire: ¿se ve alguien de la Familia Real? Dejemos aquí la interrogante, pronto daremos más datos porque serios acontecimientos ya están al llegar.

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