Recortes sanidad

Acceso a los fármacos, cuestión de vida o muerte

Tanto tienes, tanto vives. Pero también, donde vives, tanto vives. Hay enfermos que reciben fármacos más avanzados que otros según la comunidad en la que viven o, incluso dentro de una misma autonomí­a, en función de la ciudad o el hospital que le trate. Los gobiernos autonómicos y las gerencias de los hospitales son los que tienen, en última instancia, la capacidad de decisión que fármacos costea el sistema público y cuáles no.

Una situación habitual aunque nada mediática. Los pacientes reciben cada vez menos tratamientos innovadores por un criterio puramente económico, no médico.

Las administraciones, central y autonómicas, lo saben, «pero nadie hace nada» y se infunde la resignación entre los propios pacientes, como denuncia Begoña Barragán, presidenta de Gepac (Grupo Español de Pacientes con Cáncer).

«Según el Defensor del Paciente, que atiende numerosos casos desde todos los rincones del país, mucha gente teme denunciar su situación en los medios por miedo a represalias.»

La presión mediática sí ha dado sus frutos en el caso, por ejemplo, de la familia andaluza que tenía dos niños con distrofia muscular de Duchenne (una enfermedad paralizante y mortal). Hace unos meses apareció un fármaco eficaz que, aún no estando aprobado, recibían enfermos de Galicia, Castilla-La Mancha y Valencia de forma «compasiva». En Andalucía no, «porque era necesario hacer sostenible el sistema». La movilización de la familia torció la negativa de la Junta.

Hay cientos de reclamaciones por una auténtica lotería: recibir el tratamiento adecuado, el mejor disponible. “Algunas comunidades están reevaluando el acceso a determinados fármacos y, en algunos casos, el criterio es tan tremendo como tener más de 65 años”. Y, a esto, hay que sumar el copago.

«La asociación tiene que recurrir al empadronamiento de enfermos de una comunidad autónoma en casas de los miembros de la asociación de otras comunidades donde sí se cubre la medicación necesitada.»

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ya pidió ayuda en 2013 a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, para evitar desigualdades de acceso a fármacos oncológicos a los pacientes con cáncer de todo el territorio nacional. Están elaborando un mapa español donde se mostrarán las desigualdades en el acceso.

¿Falta de dinero o falta de vergüenza? Sólo hay que ver los sueldazos del Ibex-35 o el despilfarro y la corrupción en las instituciones para saber que el acceso a los tratamientos adecuados es un problema de redistribución de la riqueza. Y más en una sociedad de capitalismo monopolista como la nuestra.

Mientras la distribución esté dirigida por grandes grupos financieros y farmacéuticos (y sus servidores públicos) el que muere gente, soto voce, por no disponer del medicamento adecuado, lanza un mensaje poderoso: mira lo que pasa si no pagas por nuestros tratamientos.

«A cada cual según su necesidad» no es posible si no se genera y se distribuye al servicio del pueblo la riqueza. No se trata de endeudarnos más y más para disponer de una sanidad avanzada, sino de gestionar los recursos para generar riqueza con la que sufragar un moderno sistema sanitario al servicio del pueblo, público y universal, lejos del criminal negocio que unos pocos llevan décadas imponiendo.

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