Pedro Sánchez, lí­der del PSOE, invitado a la reunión del Club Bilderbeg

El «pacto» decisivo es con Washington

Entre el torbellino de negociaciones y pactos tras las elecciones del 24-M una noticia ha pasado desapercibida: la invitación del poderoso Club Bilderberg al lí­der del PSOE, Pedro Sánchez. Sin embargo, este es un hecho que nos permite comprender algunas de las claves ocultas de la situación polí­tica española.

¿Qué es el club Bilderberg? ¿Por qué sus reuniones anuales están rodeadas de secretismo y expectación? ¿Qué discute el selecto elenco de poco más de cien personalidades mundiales que participan en sus debates?

El club Bilderberg no es un gobierno mundial en la sombra de los representantes del capitalismo internacional, sino uno más de los organismos globales de la hegemonía norteamericana. «Los debates de Bilderberg, como expresión de su vinculación con Washington, va a tener mucha más influencia en el comportamiento del líder del PSOE que los pactos postelectorales»

Se creó en 1.954, para sellar la intervención norteamericana sobre la Europa de postguerra, a través de una vinculación personal de los más destacados cuadros y dirigentes continentales con el centro del imperio.

Nació financiado por los Rockefeller, histórico clan de la gran burguesía estadounidense e impulsor de otros organismos similares como la Trilateral.

Desde el principio se estableció que entre los representantes de cada país debían acudir conservadores y progresistas, extendiendo la influencia norteamericana a derecha y a izquierda.

Un tercio de sus invitados son miembros fijos. En España lo son Ana Patricia Botín, cabeza de la oligarquía financiera, Juan Luis Cebrián, máximo dirigente del primer monopolio de la información, o hasta este año la Reina Sofía. Es decir, representantes de los nódulos principales y permanentes de la oligarquía, el Estado o el poder mediático.

Algunas de las reuniones del club Bilderberg han estado en el centro de acontecimientos decisivos de la historia española o europea.

En 1.971 se discutió el telegrama confidencial de la CIA número 700, enviado por la embajada de EEUU en Madrid al secretario de Estado, y que decía: “El mejor resultado que puede surgir sería que Carrero Blanco desapareciera de la escena”. Todos sabemos lo que después sucedió.

Hace dos años se “recomendó” a la Reina Sofía que el Rey Juan Carlos debía abdicar para impulsar un proceso de reforma política.

En 2.009 la reunión en Atenas precedió a la ejecución del resacate-saqueo sobre el país heleno. Y pocos días después de la reunión en Sitges en 2.010, con presencia del entonces presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se dio inicio a la ejecución de la catarata de recortes que todavía hoy sufrimos.

Ahora, ante el avance del viento popular y patriótico en España, no es casual que el invitado sorpresa español haya sido precisamente Pedro Sánchez. Washington intenta apuntalar el bipartidismo y colocar diques sobre todo por la izquierda.

¿Qué “recomendaciones” va a recibir Pedro Sánchez en los secretos debates del club Bilderberg? ¿Por qué su presencia en un foro donde solo acuden quienes han demostrado una probada sumisión a los dictados de una potencia extranjera no provoca un escándalo nacional?

Sabemos que los debates de Bilderberg, como expresión de su vinculación con Washington, va a tener mucha más influencia en el comportamiento del líder del PSOE que el contenido de los acuerdos que se aprueben en ayuntamientos o comunidades.

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