Se aprueba el matrimonio gay en Irlanda

Yes!

Hasta hace no mucho, ser homosexual en Irlanda era un crimen. Hasta 1993, los gays y lesbianas eran delincuentes y podí­an ir a la cárcel si osaban revelar su orientación sexual. Hoy todo eso forma parte del basurero de la Historia. Desde el 24 de mayo, Irlanda -la nación más católica de Europa- se ha convertido en el decimonoveno paí­s del mundo que legaliza el matrimonio homosexual, y el primero que aprueba esta unión por medio de un referéndum que ha ganado el Si de forma incontestable con más de un 62%.

Irlanda es un país donde el peso de la Iglesia Católica se deja sentir en la legislación. El 85% de los irlandeses se declara practicante. El aborto sigue siendo ilegal, incluso en el caso de violación. Y no el divorcio y la homosexualidad no se despenalizaron hasta mediados de los 90, fruto de las presiones del el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Hasta hace no mucho, nadie hubiera postulado a este país como candidato a albergar el derecho a casar a personas del mismo sexo.

«En las calles de Dublín y las principales ciudades las movilizaciones a favor del Si han sido abrumadoramente más numerosas, vistosas y festivas»

Pero sin embargo, hoy en Irlanda el apoyo popular al matrimonio gay es un clamor. Durante toda la campaña, en las calles de Dublín y las principales ciudades las movilizaciones a favor del Si han sido abrumadoramente más numerosas, vistosas y festivas, en un debate que hace poco era tabú. La mayor parte de los medios de comunicación y no pocas empresas privadas no han ocultado su simpatía por la opción del Sí, conocedores del pulso mayoritario de la opinión pública. Y sorprende que, aunque el referéndum ha sido convocado porque cualquier cambio en la Constitución así lo exige, el principal defensor de la reforma ha sido el primer ministro… democristiano Enda Kenny.

Y aunque la postura oficial de la iglesia irlandesa -azotada por innumerables casos de pederastia- ha sido pedir el voto para el No «en nombre de la familia tradicional», es seguro que en la conciencia de muchos católicos han pesado las palabras de un Papa Francisco que ha hecho significativos guiños progresistas en favor de los homosexuales y que llegó a exclamar «Si una persona es gay y busca a Dios, y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”

Una buena noticia para la libertad y los derechos civiles que todos los demócratas debemos celebrar.

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