La defensa de la soberaní­a nacional, clave para cualquier proyecto de progreso

¿»Demonios internos» o «actores exteriores»?

Vivimos un momento de oportunidad y cambio. Más de nueve millones de ciudadanos votaron el 24-M contra los recortes y por primera vez las alcaldí­as de las tres principales capitales no están controladas por el bipartidismo. Pero si disparamos las flechas a un blanco equivocado de nada servirá ser el mejor arquero del mundo. Entre las direcciones de algunas de las fuerzas que representan esa marea ciudadana contra los recortes y el bipartidismo se introduce confusión sobre el aspecto principal -a quién nos enfrentamos-, lo que puede contribuir, en los hechos, a que se malogren todas las expectativas abiertas. En una reciente entrevista, Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, ha declarado que «si Podemos gobierna tendrá que medir fueras () Pero no tendremos un problema serio con los acreedores u otros actores exteriores, sino que el problema fundamental serí­an nuestras élites corruptas, defraudadoras e improductivas». Desde luego que los corruptos y defraudadores deben ser perseguidos, juzgados y encarcelados. Y debemos obligarles a que devuelvan el dinero robado. ¿Pero este es el principal problema que sufrimos? ¿Son los Bárcenas, Rato o Granados los que han impuesto los recortes? ¿O han sido los mandatos del FMI o de la UE, de la troika o los «hombres de negro»? El obstáculo principal para impulsar un proyecto de progreso en beneficio de la mayorí­a no son nuestros «demonios internos» sino los «actores exteriores», es decir las grandes potencias, EEUU y Alemania, que a través del FMI, de la UE, de la deuda, de la OTAN… nos imponen el saqueo económico, el control polí­tico o la participación en sus planes militares. Por eso la defensa de la soberaní­a nacional, conquistando cotas de autonomí­a respecto a Washington y Berlí­n, es la clave principal para poder cambiar de verdad las cosas en España.

Otra vez OTAN NOWashington nos exige un aumento de nuestro encuadramiento en sus planes militares. EEUU ha impuesto la conversión de Morón en la principal base norteamericana para África. Se ha culminado la instalación en Rota del escudo antimisiles, igualando a España con Rumanía o Polonia, que albergarán las siguientes fases. En España se celebrarán las mayores maniobras de la OTAN desde la Guerra Fría, con el objetivo de “mantener entrenados a personas y equipos que a partir de 2016 responderán ante una misión real”. España encabezará la primera Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN, concebida para intervenir contra Rusia. La base de la OTAN en Bétera (Valencia) permanece en “estado de guardia” para ser activada en misión real como mando conjunto. Y las instalaciones de Torrejón (Madrid) se han convertido en uno de los dos únicos Centros de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) en Europa, desde donde se coordinan las operaciones de la OTAN.

«Defender la soberanía nacional, ganando autonomía respecto a Washington y Berlín, es el único camino para liberarse de su saqueo e intervención y emprender un camino de progreso»

La batalla contra nuestra participación en la OTAN y la presencia de bases norteamericanas en España adquiere cada vez más importancia.

Por eso sorprende que en estas condiciones Pablo Iglesias haya declarado que “los profesionales de las Fuerzas Armadas con los que nos reunimos nos dijeron que el discurso OTAN no, bases fuera es complicado que funciones en 2014”.

¿Entonces qué debemos hacer, asumir resignadamente, aunque no nos gusta, la presencia de bases militares extranjeras en nuestro suelo, o una mayor participación en las agresiones contra otros pueblos de la superpotencia norteamericana?

En la misma entrevista, Pablo Iglesias declara que “también aclararon que para la mayor parte de los militares españoles la OTAN representó una oportunidad de modernización de un ejército franquista que procedía de la dictadura”.

Desde luego que era imprescindible democratizar al ejército franquista, y deberían de haberse depurado todos los altos mandos golpistas procedentes de la dictadura, cosa que por cierto el nuevo régimen democrático no hizo. ¿Pero es el ejército norteamericano, que controla la OTAN, el ejemplo de democracia que deben seguir nuestros militares? EEUU carga con Hiroshima, Guantánamo, Vietnam, sanguinarias dictaduras como la de Pinochet, Irak… Las “credenciales democráticas” del ejército norteamericano lo convierten en un ejemplo mucho más que dudoso.

La Europa alemana no es “ineludible”En los últimos años se ha desvelado ante los ojos de todos la verdadera naturaleza de la Unión Europea. Los instrumentos de la UE -BCE, Consejo de Comisarios, Ecofin, Consejo Europeo… han sido empuñados por Alemania para aumentar el saqueo económico y la intervención política sobre el conjunto de países europeos. Especialmente sobre los que ellos llaman despectivamente PIGS. Cada avance en la “unidad europea” no ha hecho sino centralizar el poder en torno a Berlín, otorgándole mayores poderes para utilizarlos contra nosotros.

La idea de que “otra Unión Europea al servicio de los ciudadanos es posible” se ha instalado en determinados sectores de la izquierda. Plantean que si acabamos con las políticas de austeridad representadas por Merkel, la Unión Europea podría contribuir a una salida progresista a la crisis.

La realidad es que la UE es un proyecto imperialista de la burguesía monopolista franco-alemana, cada vez más alemán, para adquirir mayor fuerza en su dispuesta en el reparto del mundo, y poder aumentar la intervención y el saqueo sobre los países europeos más débiles y dependientes. Es irreformable en su esencia.

Afirmar que “otra UE es posible” es ocultar el antagonismo y el carácter irreconciliable con los intereses populares de la política imperialista representada por Bruselas. Crear falsas expectativas acerca de que otra política imperialista por parte de Alemania que no ataque los intereses populares es posible.

Lo que se corresponde es la defensa de los intereses nacionales en la UE, enfrentándose al dominio alemán. Frente a la vergonzosa sumisión practicada por Rajoy, convertido poco menos que en el “mamporrero” de Merkel.

Pero hablar de que “aunque mantenemos una postura crítica con los términos del Tratado de Maastricht y nos gustaría un BCE y una moneda única al servicio de la ciudadanía… el euro es ineludible”, tal y como plantea Pablo Iglesias, es conducir la rebelión contra la Europa alemana a aceptar lo sustancial de los mecanismos de dominio de Berlín sobre la UE, aspirando tan solo a suavizar un poco sus draconianas exigencias.

Defender en las actuales condiciones, y presentarlo además como una política progresista, una mayor integración económica y política de la UE, es centralizar todavía más el poder en manos de Berlín, entregarle más autoridad para dominarnos.

Llamar, en nombre de “una mayor autonomía del Pentágono”, a desarrollar la “estructura militar integrada de la UE” es trabajar por fortalecer y hacer avanzar el proyecto imperialista franco-alemán en su punto más débil: la fuerza militar.

Lo que necesitamos es ganar autonomía frente a los asfixiantes límites de la Europa alemana y defender la soberanía nacional ante el avance de la hegemonía de Berlín.

La defensa de la soberanía nacional es la claveEl candidato de Izquierda Unida a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, ha defendido una reforma constitucional donde se cambie el concepto de “soberanía nacional” por el del “soberanía popular”, que figuraba en la Constitución republicana de 1931, bajo el argumento de que “el pueblo es quien tiene la capacidad soberana de tomar las decisiones”.

«No puede existir “soberanía popular” sin ganar “soberanía nacional” respecto a las principales potencias imperialistas»

Estamos de acuerdo con aumentar la capacidad de decisión directa de la población sobre los asuntos del Estado. Pero es un error contraponer la “soberanía popular” con la “soberanía nacional”. La realidad es exactamente la contraria, para que exista auténtica soberanía popular debemos conquistar una verdadera soberanía nacional.

Mientras en España manden el FMI o el BCE, la OTAN o Merkel… no podremos aspirar a una auténtica democracia donde sea el pueblo quien decida.

La conquista de la independencia nacional es el elemento clave de cualquier transformación favorable a los intereses fundamentales del pueblo. Y la defensa de la soberanía nacional no se puede reducir, como mucho, a la oposición a las políticas de austeridad impuestas por Merkel o el FMI.

Muchos países hermanos en Hispanoamérica (Brasil, Venezuela, Argentina, Ecuador, Uruguay, Bolivia…) nos han demostrado que es posible enfrentarse al dominio norteamericano y ganar autonomía defendiendo la soberanía nacional. Y que este es el único camino para poder liberarse de su saqueo e intervención y emprender un camino de progreso.

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