La CUP, una izquierda radical y anticapitalista

«No queremos corruptos ni recortadores»

La Candidatura d’Unitat Popular (CUP) han sido una de las fuerzas ganadoras de las elecciones del 27-S y se han convertido en decisivas para la elección de la nueva presidencia de la Generalitat. Tras los resultados en la noche electoral, fue reafirmar la posición de su candidatura de no apoyar la investidura de Artur Mas. En coherencia con lo que habí­an defendido en campaña: «No queremos corruptos ni recortadores». La CUP cerró su noche electoral cantando la Internacional.

La CUP y Junts Pel Sí no están en el mismo campo independentista. Son dos campos radicalmente diferentes. La CUP es antagónica con todo lo que representa Artur Mas y la burguesía catalana.

La CUP proviene de una izquierda asamblearia, radical y anticapitalista que tiene por objetivo la implantación del socialismo.

Sus resultados de ahora (ha pasado de 3 a 10 diputados y 335.000 votos) no son fruto de la explosión de una fuerza levantada a última hora, sino de una alternativa fraguada a fuego lento durante un largo periodo de casi 30 años en las luchas sociales, sindicales y políticas y superar diferentes encrucijadas.

Nacida de la lucha antifranquista, se legalizó como partido en 1987. En las europeas de 2004 tenían sólo 8.180 votos y hasta 2003 no consiguió sus primeros concejales. 27 en 2007 que multiplicaron por 5 en las de 2011. Roto el cerco de silencio mediático en Cataluña, inciaron el despegue. Salto a la Generalitat en 2012 con 3 diputados y 126.000 votos. Más de 220.000 votos en las municipales de este año superando a ICV, PP y Ciudadanos. Y ahora esos 10 escaños y 335.000 votos.«No son principalmente nacionalistas, sino revolucionarios. Consideran el independentismo como el primer paso para la revolución social»

Con sus raíces en el Moviment d’Esquerra Nacionalista, no son principalmente nacionalistas, sino revolucionarios. Su independentismo es el primer paso para la revolución social. Los votos de la CUP no son de la burguesía catalana, son nuestros.

De ahí su antagonismo con los Mas, los Pujol y la burguesía catalana. Su programa no es un programa “nacionalista” aunque propugnen la independencia de Cataluña. En él apuestan por: aplazar el pago de la deuda, por la ruptura con la Troika y el euro, por garantizar una renta mínima y contra la privatización de los servicios públicos.

Su programa es un reflejo claro de lo que piensan una gran parte de sus militantes y de sus votantes, que un ámbito catalán independiente sería más favorable para una transformación revolucionaria. Un pensamiento presente en otros muchos votantes izquierdas que han votado a ERC o Catalunya Sí que es Pot. Pero que se sustenta en una falsa idea de que una independencia de Cataluña, con un inevitable papel clave de la burguesía catalana, crearía mejores condiciones para el cambio político. Lo que sí crearía esas condiciones mejores sería la unidad con el conjunto del pueblo trabajador de toda España para luchar contra los enemigos comunes, la Troika, el FMI, Washington y Berlín, la gran banca y el gran capital monopolista, y conquistar transformaciones que interesan a la inmensa mayoría de la población, desde Barcelona y Lleida a Madrid o Sevilla.

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