Lo que Washington, Berlí­n y el Ibex-35 exigen al nuevo gobierno

Sus lí­neas rojas para 2016

Más recortes, un cambio de modelo polí­tico que se adecue a sus intereses y un mayor compromiso militar de España con la OTAN y el Pentágono es lo que está debajo de la mesa de todos los que piden un gobierno que «garantice la estabilidad». Esos son sus objetivos para 2016, auténticas lí­neas rojas fijadas por los centros de poder internacionales y nacionales. Sin partir de esto no es posible comprender lo que está sucediendo. Los movimientos que se están dando en el mapa polí­tico español no se pueden explicar como un enfrentamiento entre la «vieja y nueva polí­tica», entre «el bipartidismo» y los nuevos «emergentes».

Todavía están en nuestra memoria los tiempos en que las grandes agencias de calificación norteamericanas disparaban la prima de riesgo española hasta niveles de país tercermundista; en que el presidente del BCE se permitía el lujo de enviarle una carta secreta a Zapatero dictándole las medidas que había de tomar en lo inmediato; o en los que Merkel imponía a golpe de pito una negociación secreta entre Rajoy y Zapatero para reformar el artículo 135 de la Constitución que aseguraba a los banqueros alemanes prioridad para cobrar su deuda antes que los jubilados españoles sus pensiones. «Mantener y profundizar las reformas emprendidas, como la reforma laboral, y aplicar nuevos recortes se han convertido en los pilares básicos económicos de las exigencias al nuevo gobierno»

Ahora hemos visto cómo en plena campaña electoral del 20-D la Comisión Europea hacía público su “Informe de Vigilancia” sobre España”, exigiendo más reformas y nuevos recortes por valor de 9.000 millones de euros. Y en pleno proceso de negociaciones para la formación del nuevo gobierno Bruselas no deja de recordar que el próximo gobierno tendrá que cumplir las reglas del juego y “cumplir los plazos del déficit”, según el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y “hacer un ajuste”, ahora de 10.000 millones de euros, como insiste el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, el representante de los sectores más duros dentro de la UE:“El próximo gobierno estará obligado a cumplir las cuentas del déficit”.

En el mismo sentido intervienen los principales centros de la oligarquía española, banqueros y monopolistas. El Banco de España, abogaba en la Conferencia Internacional del Banco de Sabadell, en noviembre, por continuar las reformas que permitían “facilitar la moderación salarial”. Mientras, FUNCAS, la asociación de estudios de las antiguas cajas de ahorros, presidida ahora por Isidre Fainé, presidente de La Caixa, situaba el problema en que “lo que no debe hacer una reforma laboral es frenar el empleo”. O dicho de otra manera, que lo que debe hacer es mantener el actual sistema de empleo precario y bajos salarios garantizado por la reforma laboral.

Sus líneas rojas para 2016

En el terreno económico, mantener y profundizar las reformas emprendidas, como la reforma laboral, y aplicar nuevos recortes se han convertido en los pilares básicos de las exigencias a cualquier gobierno que salga de las elecciones.

Tanto desde el FMI como desde la Comisión Europea se insiste permanentemente en la necesidad de “mantener las reformas” y, en el caso de la reforma laboral “seguir profundizando en ella” para acabar con la “dualidad” entre trabajadores fijos y eventuales.

Una forma ladina de ocultar lo que realmente persiguen, dar otra vuelta de tuerca a la reforma laboral para convertir en estructural, o sea en permanente, lo que vienen haciendo. Más moderación salarial y abaratamiento del despido y avanzar en la descentralización de los convenios, es decir en la desregularización de las relaciones laborales aumentando los recortes a la negociación colectiva y a los derechos adquiridos por los trabajadores fijos para equipararlos cada vez más con los temporales.

Las pensiones siguen estando en su punto de mira con el objetivo de seguir recortando el sistema público y avanzar en su privatización.

Asegurarse el cobro de la deuda, la privatización de Bankia, una las “joyas de la corona bancaria” que este año ha dado más de 800 millones de euros de beneficios, y el apoyo de España a la firma del TTIP (el Tratado de Libre Comercio que negocian en secreto EEUU y la UE) están en la agenda de estos centros de poder.

En el terreno político, el resultado de las elecciones del 20-D ha certificado la quiebra del viejo modelo bipartidista y la imperiosa necesidad de un recambio que los centros del poder del Imperio ya hace meses que activaron.

El relevo en la monarquía, poco más de un año después de conocerse el “informe Salomon”, con la abdicación de Juan Carlos “para impulsar las reformas que pide el país”, fue el inicio de un recambio desde la misma cúpula del Estado, con el que buscan un nuevo modelo adaptado a las nuevas condiciones para continuar adelante con sus proyectos.

Un nuevo modelo político en gestación con o sin bipartidismo, con o sin reforma constitucional… aún sin acabar de definir. Entre otras cosas porque van a hacer todo lo posible por reconducir el viento popular, y a las fuerzas en las que se expresa hacia límites “aceptables” para los proyectos de Washington y Berlín.

También hay líneas rojas en lo militar: avanzar en el nuevo papel asignado a España en la estructura militar de la OTAN y en los planes del Pentágono. Y que en 2016 pasan porque España actúe como “punta de lanza de la OTAN.

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