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España necesitará refinanciar 400.000 millones de deuda pública y privada este año. De ellos más de 230.000 son deuda pública, el resto deuda privada.
Un récord histórico que se ha convertido en una gigantesca espada de Damocles que va ha ejercer una presión “insoportable” sobre el país y sobre cualquier gobierno que se constituya. Sobre todo si se propone renegociarla o auditarla.
Presión que desde el FMI y Bruselas están dispuestos a ejercer con todos sus instrumentos.
En su “Informe de Vigilancia sobre España” la Comisión europea esgrime “el riesgo de deuda” que deberá asumir el nuevo gobierno, como una amenaza. «El FMI y Merkel están dispuestos a todo para asegurar a sus bancos y fondos el cobro, incluso esgrimiendo la utilización del artículo 135 de la Constitución»
Desde los medios, De Guindos y las agencias de calificación yanquis se advierte que “un escenario de inestabilidad e incertidumbres” podría endurecer la financiación y afectar significativamente a España por la excesiva exposición a la deuda.
La subida de la prima de riesgo tras las elecciones, de 114 a 123 puntos, cuando antes de las elecciones llegó a estar por debajo de los 100 puntos básicos, es un aviso de los instrumentos de “tortura financiera” que están dispuestos a utilizar.
El FMI y Merkel están dispuestos a todo para asegurar a sus bancos y fondos el cobro. Incluso esgrimiendo la utilización del artículo 135 de la Constitución Española que exige pagar la deuda antes que a los pensionistas o parados españoles. ¡Ya sabemos por qué Merkel exigió por via de urgencia ese cambio constitucional a Zapatero y Rajoy.