De cara a las próximas autonómicas en Euskadi y Galicia:

Mejores condiciones para la lucha por la unidad y contra los recortes

La precampaña de cara a las próximas elecciones autonómicas en Euskadi y Galicia ha comenzado, creando el clima de opinión que más conviene a unos y a otros. Hay quien ha utilizado los cambios en las direcciones autonómicas de Podemos, y las declaraciones de sus dirigentes a favor del «derecho a decidir», para equipararlos a formaciones abiertamente independentistas como Bildu o el BNG, presentando un avance del nacionalismo bajo otras formas. ¿Es eso así­? ¿Existe en Euskadi o en Galicia un «avance del independentismo», o lo que ha avanzado, y los votos a Podemos son expresión de ello, es la mayorí­a social que lucha por la unidad y contra los recortes?

Parece que unos y otros están empeñados en situar a Podemos dentro de las fuerzas “nacionalistas” o incluso “independentistas”. Pocas horas antes de que Arnaldo Otegui llamara a Podemos a sumarse a un “segundo frente independentista”, José María Aznar advertía en San Sebastián sobre “la confluencia de quienes quieren destruir la democracia”, advirtiendo sobre un más que probable acuerdo entre Bildu y el partido encabezado por Pablo Iglesias. Otros comentaristas hablan ya de una “triple alianza nacionalista entre Podemos, Bildu y el PNV”.

Valoraciones que buscan borrar la realidad política vasca, expresada contundentemente por los ciudadanos en las municipales y sobre todo en las pasadas generales.

Hasta cuatro portavoces de Podemos han rechazado la invitación de Otegi (dirigida a “los sectores emergentes de la nueva izquierda española”) para apoyar “procesos constituyentes en las naciones del Estado”. «La evolución política en Euskadi o Galicia establece un terreno de juego favorable a la lucha por la unidad y contra el saqueo económico a la población»

El más contundente en su respuesta ha sido Juan Carlos Monedero, declarando que “Otegi se equivoca, no somos independentistas”. Reafirmando que “Otegi quiere seguir entendiendo que España es un sitio de guardias civiles decimonónicos con mostacho y folclóricas y no, en España hay muchos que luchamos por los derechos humanos; se equivoca cuando cree que España es poco menos que una cárcel, no es cierto”. Y remachando que “prestar demasiada atención a cuestiones de identidad nacional deja fuera de foco lo realmente relevante, que es la urgencia social que están atravesando muchos vascos y muchos españoles”.

Si Podemos ganó las elecciones en Euskadi, o bajo la forma de En Marea alcanzó el segundo lugar en Galicia, no fue principalmente por su defensa del “derecho a decidir”, ni mucho menos por haberse convertido en una “nueva marca nacionalista”.

La realidad es exactamente la contraria, la de un severo castigo a la fuerzas que han encabezado la fragmentación y la de un ascenso de la mayoría social a favor de la unidad y contra los recortes, que explica los buenos resultados de Podemos tanto en Euskadi como en Galicia.

Mientras Podemos se convertía, con el 25,97% de los votos, en la primera fuerza en Euskadi el 20-D, EH Bildu sufría una histórica debacle. Perdiendo más de 100.000 votos y tres de sus cinco diputados. Y quedando reducida a la mitad del apoyo consechado en 2.011 en su feudo de Guiuzcoa.

Lo mismo sucedía en Galicia. En Marea ascendía a segunda fuerza política, confirmando la victoria en importantes ayuntamientos en las municipales. Mientras el BNG perdía el 60% de sus votos, quedándose por primera vez en 20 años sin representación parlamentaria.

Independientemente de las diferencias respecto a la conveniencia o no de defender el “derecho a decidir”, los votos de Podemos no pueden contarse, ni en Cataluña, ni en Euskadi, ni en Galicia, dentro del campo “nacionalista”, sino como expresión de la mayoría social que está tan en contra de los recortes como de la fragmentación.

La evolución política en Euskadi o Galicia establece un terreno de juego favorable a la lucha por la unidad y contra el saqueo económico a la población.

Este es el marco en el que van a desarrollarse las próximas elecciones autonómicas. Que algunos pretenden borrar, y que nosotros debemos empeñarnos en colocar en primer plano, porque esa es a voluntad mayoritaria de la población.

Aprovechandolo para hacer avanzar, en Bilbao y en Vitoria, en Vigo y en Santigo, una alternativa que una la lucha por la unidad del pueblo trabajador de toda España con el combate para acabar con los recortes. Una línea como la que representan las candidaturas de Recortes Cero.

Según la encuesta oficial del gobierno vascoCrece la marea a favor de la unidad, disminuye el apoyo a la independenciaLos datos del último Sociómetro Vasco 60, encuesta elaborada por el propio gobierno autonómico, en manos del PNV, son contundentes.

El apoyo a la independencia se sitúa en mínimos históricos, disminuyendo 11 puntos en los últimos dos años. Sin en 2014 un 30% de la población en Euskadi apostaba por la independencia, ahora sólo lo hace un 19%. Es decir, la independencia solo cuenta actualmente con el apoyo de dos de cada diez vascos.

Quienes han crecido, y aceleradamente, son los vascos que se declaran contrarios a la ruptura. Si en 1.998 eran el 24%, ahora son ya el 38% de la población, justo el doble de los que apoyan explícitamente la fragmentación.Paralelamente a la disminución del apoyo a la independencia, aumenta el número de vascos que colocan en primer lugar las reivindicaciones económicas y sociales.

El 83% de los ciudadanos vascos colocan en primer lugar la preocupación por los problemas relacionados con el mercado laboral. Le siguen, en el ránking de problemas señalados como los más importantes, las cuestiones económicas, la vivienda y los desahucios o la corrupción y el fraude.

La realidad de Euskadi, a pocos meses de las elecciones autonómicas, es la del avance de una mayoría social a favor de la unidad y en contra de la fragmentación y los recortes.

La extraña democraciaLa diputada Nagua Alba ha sido elegida secretaria general de Podemos en Euskadi en unas primarias abiertas al conjunto de inscritos en la formación morada.

El voto directo de los afiliados para elegir al secretario o secretaria general es un avance democrático. Pero los datos de esta votación, en los que casi nadie ha reparado, son sorprendentes.

El censo de inscritos alcanzaba los 14.863. De ellos solo votaron 3.203, un 21,55%.

La ganadora, Nagua Alba, recibió un 37,6% de los votos, es decir 1.076.

Con respecto al censo total, la nueva secretaria general recibió solo el 7,32% de apoyo.

¿Se puede dirigir una formación, estableciendo la línea y posiciones políticas que representan a todos, cuando solo se cuenta con el apoyo de poco más del 7% de sus miembros?

Si una ley se aprobara en el parlamento con solo los votos de 26 de los 350 diputados se consideraría un escándalo democrático.

Para que exista una democracia real, ésta debe basarse en la movilización y participación de la mayoría, trs un amplio debate que permita tomar una posición consciente.

Dar por bueno que alguien pueda dirigir una organización con solo el apoyo del 7,32% de sus miembros va en contra de la ampliación de la democracia que, junto a una inmensa mayoría, las bases y votantes de Podemos demandan.

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