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Los bancos también tienen su desafí­o en la digitalización

Con pocos dí­as de diferencia, el Banco Santander y el BBVA, dos de los tres grandes bancos españoles, han anunciado planes para cerrar sucursales en nuestro paí­s. El primero emprenderá este mismo año un recorte de unas 400 oficinas, con la consiguiente reducción de personal, mientras que el segundo presentó más que nada una intención: el negocio de la banca va a cambiar tanto en los próximos años, vino a decir Carlos Torres, consejero delegado de la entidad, que van a sobrar la mayorí­a de las oficinas. En el caso del BBVA, nada menos que dos tercios de las 3.800 sucursales que tiene ahora.

Con pocos días de diferencia, el Banco Santander y el BBVA, dos de los tres grandes bancos españoles, han anunciado planes para cerrar sucursales en nuestro país. El primero emprenderá este mismo año un recorte de unas 400 oficinas, con la consiguiente reducción de personal, mientras que el segundo presentó más que nada una intención: el negocio de la banca va a cambiar tanto en los próximos años, vino a decir Carlos Torres, consejero delegado de la entidad, que van a sobrar la mayoría de las oficinas. En el caso del BBVA, nada menos que dos tercios de las 3.800 sucursales que tiene ahora.

Son dos procesos que se superponen y tienen el mismo final. Uno es la necesidad de los bancos en estos momentos de ahorrar costes por las dificultades para generar ingresos. Con los tipos de interés a cero ha terminado la etapa de crecer mediante los márgenes de clientes y uno de los caminos para hacer frente a ello es el ahorro de costes reduciendo estructura, básicamente personal y oficinas. En ello están el Santander y los demás bancos. Y, más pronto que tarde, esta situación provocará otra oleada de fusiones entre entidades, en un primer momento dentro de España y, más adelante, serán necesarias las concentraciones transfronterizas que hasta ahora no se han producido.

El segundo proceso en el que está sumido el sector bancario es el que anunció ayer el consejero delegado del BBVA. Se trata de adaptar el mundo financiero a la realidad actual y, sobre todo, a la que viene. Es decir, afrontar la transformación digital de un negocio que ya no se hace como veinte años atrás y que en los próximos veinte no tendrá nada que ver con lo que hoy existe.

Según el informe La Sociedad de la Información en España 2015, que la Fundación Telefónica presentó el pasado lunes, ya hay 25 millones de españoles entre 16 y 74 años que usan habitualmente internet y más de la mitad de los mismos realizan en la red su operativa bancaria. Cuando un cliente lleva la oficina en su móvil, porque puede realizar desde el dispositivo y con una simple aplicación cualquier operación, está claro que la sucursal se convierte en una fuente de gastos en vez de un lugar para generar ingresos.

Pero éste sólo es un primer paso de lo que precisa la banca para hacer frente a lo que llega. En febrero del año pasado, Ana Botín se refirió a ello en su primera entrevista como presidenta del Santander, concedida al diario Financial Times. Citó a Apple, Facebook, Google y Amazon, como la principal «amenaza» para el negocio bancario. El mismo discurso de Francisco González, que ve en los cuatro grandes de internet los rivales de la banca ya en estos momentos.

Afrontar este desafío no es, pues, una mera cuestión de recorte de gastos. Hay que cambiar radicalmente el modelo de negocio comercial de los bancos. Básicamente, se hace necesaria una nueva gestión del conocimiento del cliente que permita ofrecerle el producto y el servicio más adecuado «en cualquier momento y en cualquier lugar», como decía entonces Botín. Es la revolución de internet que llega a todos los negocios de cualquier sector de actividad y que, como ya está ocurriendo, va a dejar en el camino a las entidades que no sepan adaptarse.

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