LOS SOCIOS

A corazón abierto

Cuando se pusieron en marcha los Ateneos XXI, se creó un pequeño cauce para la expresión. Junto con los cientos de debates que se han organizado en las diferentes sedes de los Ateneos que se han ido abriendo en toda España, miles de socios han encontrado una fuente de inspiración o un punto de encuentro para que se abran paso arte, poesí­a, cortos, talleres e incluyo proyectos editoriales. Un marco a través del que hoy presentamos «A corazón abierto», el primer compendio de poesí­a de uno de nuestros socios fundadores, Florián Muñoz, publicado con Gráfi cas Pamplona, proyecto de otro de nuestros socios, Santiago Casal. Leyendo el prólogo se descubre cómo todo se gestó en un acto del Ateneo, como tantas otras historias que seguro contaremos en estas páginas

Acaso la infl uencia benéfi ca de Don Antolín Igle-sias Páramo, nuestro profesor de Lengua, Literatura y Latín en el Seminario Menor de Talavera, fue lo que me impulsó a imaginar y a escribir con solo 18 años, un pequeño poemita al contemplar una tarde de agosto, un cielo poblado de nubes “antojadizas en colores de ensueño”. Después, a lo largo de mi vida, en ocasiones importantes para mí, casi inconscientemente, me he lanzado y he escrito algunos otros poemas. Desde luego, sin tener nunca la esperanza

de que los fuera a leer nadie a parte de algún amigo muy cercano. Afortunadamente, en septiembre de 2013 se organizó un Recital de poemas de mi amiga Encarna Valle acompañada al piano por nuestra común amiga Manuela Ruíz. En él brindaron la oportunidad a los asistentes de participar leyendo algún poema propio. Yo la aproveché y leí “Bienaventurada” y algún otro. Con gran alegría descubrí que había gustado a los presentes y algunos me lo dijeron expresamente. Me habla

ban, sobre todo, de la emoción que provocaban al escucharlos. Estas conversaciones me confi rmaron lo que yo pensaba pero no había experimentado íntimamente hasta ese momento. He elegido “A corazón abierto” como título de este librito, porque los poemas que aparecen en él han salido del fondo de mi alma. Espero y deseo que todos los que lo leáis experimentéis, al menos, un pellizquito en vuestro corazón. Con esto me daría por satisfecho.

Crisis El Emperador ordenó crisis. El Gobernador impuso deuda. Los Recaudadores acumularon ríos de vida desbordante. Los Vasallos ofrendaron paro, desalojos y miseria. Paro, seis millones de vidas anhelantes, seis millones de gritos que penetran el oído cruel y casi inalterable. Desalojo, brutal desgarro, calle indefi niblemente dura, techo como cielo moteado de gélidas luces temblorosas. Niños sin culpa y sin sonrisa que preguntan y no juegan. Padres y abuelos sin sonrisa y sin culpa que preguntan apenas sin respuestas. Vasallos, Recaudadores, Gobernador y Emperador, os espera y os reclama el pozo pestilente de la historia.

Enero 2013

Un hombre negro corre con esperanza ingenua, un hombre blanco uniformado afi rma sus pies en el suelo y empuña fríamente ocho disparos: Uno…, dos…, tres…, la esperanza sigue viva, cuatro…, cinco, el suelo se tiñe de ignominia roja y negra. Seis…, siete y ocho. Estalla un silencio atronador que se expande incontenible por todo el Universo. El hombre blanco uniformado corre con esperanza ingenua, sus pies se clavan en el suelo y se hunden lentamente en la mancha roja y negra. 5 de mayo de 2015

No perdono a la vida desatenta Miguel Hernández

El 19 de febrero de mil novecientos sesenta y siete debió pararse el tiempo, debió apagarse el sol, debió temblar el mundo bajo el terrible golpe de tu ataúd sobre la tierra. Debió aparecer solo tu nombre en letras de tamaño sideral para que todos vieran la injusticia para que todos vieran… la inmensidad de mi dolor. No es posible que el sol siga luciendo, no es posible que el mundo siga en pie. Mas los 19 de febrero se repiten a miles por minuto y el sol sigue luciendo descarado y el mundo sigue en pie sin atención. Octubre 201

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