EEUU exige a Europa un mayor encuadramiento económico, polí­tico y militar

Washington nos reclama más «impuestos de guerra»

¿Sabí­an que Donald Trump, el racista y ultraderechista candidato republicano, Barack Obama, el primer presidente negro, y Bernie Sanders, el rival de Hilary Clinton en el campo demócrata y presentado como «el candidato de la izquierda», coinciden en lo sustancial? Esta es la realidad que nos ocultan en la carrera a la presidencia norteamericana. Justo la que va a influir de manera más directa en nuestras vidas.

Con sus formas histriónicas y poco diplomáticas, Trump propone abandonar la defensa de unos aliados que no están dispuestos a cargar con los costes y riesgos que supone. Mientras Sanders se queja de que “pagamos cerca del 75% del gasto militar de la OTAN, y Francia tiene un muy buen sistema de sanidad y de educación universitaria, como también lo tiene el Reino Unido, así que creo que deben asumir la carga para su defensa”.

El mensaje desde Washington es claro: ustedes deben pagar más “impuestos de guerra”, y para ello pueden recortar su sanidad o su educación. «Esta política global norteamericana va a repercutir con especial intensidad en España, dado el grado de dependencia y subordinación que sufrimos«

En su reciente gira europea, Obama ha concretado los mandatos norteamericanos. Tras reunirse con los principales líderes de la UE -excluyendo de ellos a España-, Obama exigió que todos los países de la OTAN “contribuyan con un mínimo del 2% de su PIB a la defensa común”. Umbral que actualmente solo cumplen dos de los países de la UE.Obama ha “degradado” públicamente a la UE, afirmando que “camina hacia la irrelevancia geoestratégica”, y señalando que “ha sido en ocasiones autocomplaciente con su propia defensa”.

Para a continuación exigir a la UE una participación directa y en primera línea en los diferentes conflictos, que Obama enumeró para clarificar los mandatos: “lucha contra el extremismo violento en Afganistán y el tráfico de personas en el Egeo [provocada por la guerra en Siria], garantías para defender el eje oriental de Polonia, Rumanía y los países bálticos [dirigido contra Rusia], y por encima de todo, luchar contra los yihadistas del ISIS”.

Los analistas norteamericanos afirman que “a Obama solo le interesa la cuenca del Pacífico”. Este es el centro de la estrategia norteamericana. Ante la aceleración de su declive, EEUU está “radicalizando” su estrategia de contención de la emergencia de China. Concentrando de forma creciente su fuerza militar en el Pacífico.

Y para ello impone a los países dependientes mayores presiones y exigencias, así como un aumento de su encuadramiento económico, político y militar.

No solo debemos “pagar más”. También participar en primera línea en la resolución de los conflictos en otras áreas del planeta, para que Washington pueda dirigir sus fuerzas hacia Asia, enfocando a China.

Incluso Alemania, la “gran potencia europea”, debe hacerlo. Como lo demuestra el hecho de que vaya a construir una base en Turquía para “luchar contra el ISIS”.

No supone solo un mayor encuadramiento militar, sino también económico y político.

Obama ha exigido acelerar la aprobación del TTIP, que eliminaría las barreras que impiden una mayor penetración del capital norteamericano en Europa. Le ha recordado a Reino Unido que debe seguir perteneciendo a la UE, para actuar en ella como el “caballo de Troya” norteamericano. O ha alabado el papel de Merkel en la crisis de los refugiados, felicitándola por actuar como el “doberman” del imperio.

La “radicalización” en Washington para defender a toda costa su hegemonía influye en todo el planeta. Impulsando en el mundo hispano una ofensiva contra los gobiernos que representan el avance del frente antihegemonista. O agudizando la crisis en Europa (económica, política y social) con sus nuevas y más onerosas exigencias.

Esta política global norteamericana va a repercutir con especial intensidad en España, dado el grado de dependencia y subordinación que sufrimos. Y también por nuestra posición estratégica (respecto a Oriente Medio, Africa…), que nos convierte en una pieza importante para Washington.

Acelerando el saqueo exterior (traducido en la nueva oleada de recortes que anuncian el FMI o la UE), exigiendo una implicación todavía mayor en sus planes militares y reforzando la intervención y control sobre nuestro país.

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