Un gobierno de progreso y regeneración democrática

Bueno para el paí­s y los ciudadanos

La situación de bloqueo e incertidumbre que vive el paí­s, sobre todo por el empeño de los centros de poder polí­tico y económico nacionales y extranjeros por forzar la situación hasta imponer un gobierno con Rajoy -incapaz de lograr apoyos suficientes para la investidura- amenazando incluso con unas elecciones en plenas fiestas navideñas, está dañando los intereses del paí­s y los ciudadanos.

Tienen paralizados los Presupuestos Generales del Estado mientras Bruselas recrudece las presiones para que incorporen recortes por 10.000 millones de euros. Las Comunidades Autónomas bloqueadas no pueden desarrollar sus propios presupuestos y políticas de acción económica y social. Y a todos los ciudadanos bajo un futuro incierto con amenazas de recortes, subidas de IVA en los tipos reducido y superreducido… y nuevas amenazas para reformar las pensiones o una nueva vuelta de tuerca a la precariedad laboral con más reforma laboral…

Frente a ellos, la alternativa de un gobierno de progreso y por la regeneración democrática, apoyado por las fuerzas que concentraron la mayoría del voto por el cambio de gobierno de más de 15 millones de españoles, PSOE, Unidos-Podemos y Ciudadanos es hoy la más favorable a los intereses de las clases populares. «La alternativa de un gobierno de progreso y regeneración es buena para el conjunto del país y de los ciudadanos, con 188 diputados permite desbloquear de inmediato la situación»

Es una alternativa buena para el conjunto del país y de los ciudadanos. De entrada permite desbloquear de inmediato la situación ya que juntos suman 188 diputados, 12 por encima de la mayoría absoluta, 51 más que el PP, incluso 19 más que la suma de PP y Ciudadanos.

Y por lo tanto poner en marcha al país, con nuevas políticas de progreso, regeneración democrática y lucha contra la corrupción. Tanto PSOE, como Unidos-Podemos y Ciudadanos están exigiendo políticas que acaben con la corrupción, regeneren la vida política, desarrollen políticas sociales poniendo fin a los recortes y deroguen o eliminen parte de las reformas de Rajoy como la reforma laboral, la “Ley Mordaza” o la LOMCE. Un cambio de políticas que comparte la inmensa mayoría de la población.

Ahí están las propuestas que firmaron en enero PSOE y Ciudadanos, en las que Pablo Iglesias reconoció que encontraba muchas coincidencias. Incluso las exigencias que está poniendo Ciudadanos para regenerar la democracia, luchar contra la corrupción y desarrollar un programa de medidas sociales (entre las que incluye un suplemento salarial para los salarios más bajos).

Con ningún gobierno del PP serán posibles esas políticas. Mientras que un gobierno de progreso y regeneración democrática crearía mejores condiciones para afrontar la lucha contra los recortes en sectores tan sensibles como la sanidad y la educación, poner en marcha programas sociales y abordar la reforma laboral de Rajoy, de la Ley Wert o la Ley Mordaza.

También crearía mejores condiciones para hacer frente a las presiones exteriores y, en particular, de la Comisión Europea. Por la disposición a elaborar unos presupuestos sin recortes y con una fiscalidad que incremente los ingresos públicos recaudando más de los sectores con mayor riqueza, de perseguir con más firmeza el fraude fiscal y la evasión de capitales y la corrupción. Pero sobre todo porque podría aglutinar y movilizar amplios sectores de fuerzas políticas y sociales (sindicatos, sectores profesionales de la sanidad, la educación, la ciencia o la cultura, colectivos y organizaciones sociales de todo tipo, de jóvenes, mujeres, inmigrantes, ONGs…) en apoyo de una negociación con Bruselas para defender los intereses nacionales y del 90% de los ciudadanos.

La alternativa por un gobierno de progreso y regeneración democrática es, en definitiva, una alternativa buena para el país y los ciudadanos. Pero es también una alternativa buena para las fuerzas que lo pueden hacer realidad.

Buena para el PSOE, que recuperaría la confianza de una gran mayoría de votantes socialistas desencantados por las viejas políticas del bipartidismo compartido con el PP.

Buena para Ciudadanos, que tendría la oportunidad real de ser un referente de la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción, unidas a políticas sociales y la defensa de la unidad; lo que nunca podrá lograr bajo la hegemonía de un PP entregado a los grandes poderes fácticos internos y externos.

Y buena para Unidos-Podemos y todas las confluencias, porque reforzando el combate contra los recortes y las políticas sociales se consolidarían como una fuerza clara del cambio que necesita el país.

Nuestro país y la inmensa mayoría de las clases populares, sobre las que recaen desde hace 8 largos años el saqueo y el empobrecimiento, serían los grandes beneficiados.

Existe la posiblilidad de abrir un nuevo camino para que la crisis no la sigamos pagando el 90% de la población, mientras una ínfima minoría de banqueros, monopolistas y grandes fortunas nacionales y extranjeros se enriquecen sin límite. Es el momento de abrirlo.

¿Qué se propone apoyando un gobierno de progreso?Recortes Cero – Grupo Verde no propone un gobierno conjunto formado por PSOE, Unidos-Podemos y Ciudadanos. Recortes Cero no entra en la organización o constitución del gobierno. Ni en su composición ni en la forma: si ha de estar integrado por las tres fuerzas o más, si a la portuguesa con apoyos desde fuera o presidido por un independiente.

Lo que Recortes Cero – Grupo Verde defiende es que hay tres fuerzas parlamentarias que suman 188 diputados y con el respaldo de 15 millones de votos que pueden acordar la formación de un gobierno de progreso. Como dice el Manifiesto publicado en El País el 28 de Julio: “Las tres fuerzas con mayor representación parlamentaria que han abogado por el cambio, pueden y deben sentarse a dialogar para acordar unos mínimos que satisfagan las demandas ciudadanas. Formando un gobierno que represente la voluntad de la mayoría social, con la forma que consideren adecuado, y abriendo la posibilidad de recibir apoyos de otras fuerzas parlamentarias”.

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