Economí­a

El hundimiento de los salarios y las estadí­sticas trampa

Una medida totalmente insuficiente que no acaba con la enorme brecha social que castiga al pueblo trabajador. La realidad es que desde 2007, los españoles hemos perdido -como media- un 25% de nuestro salario real. Mientras, banqueros y monopolistas se otorgan a sí­ mismos mayores retribuciones, aumentando dentro de las mismas empresas la brecha salarial entre ejecutivos y empleados. Hoy los jefes de las empresas del Ibex ganan 96 veces más que sus empleados.

La evolución de los salarios durante la crisis ha sido mucho peor de lo que aseguraba el gobierno utilizando la evolución del salario medio de la Encuesta Anual de Coste Laboral. Han utilizado las estadísticas para ocultar lo que pasaba y seguir adelante con la reforma laboral.

Presentaban el aumento del salario medio como prueba irrefutable de que, a pesar de la crisis, los salarios se mantenían, incluso subían aunque fuera menos que antes. Pero lo que presentaban como “subida salarial” era un mero efecto estadístico.

El despido de cientos de miles de trabajadores con contratos temporales y bajos salarios, hacía subir matemáticamente el salario medio. Menos trabajadores con salarios más altos dan una media mayor que más trabajadores con una parte de salarios bajos.

Ahora al cambiar el índice (IPT) ha aparecido una parte de la realidad: se estaba produciendo un hundimiento del salario real de los trabajadores.

Así en 2009 las estadísticas oficiales decían que los salarios crecían un 4,1%, la realidad era que estaban en caída libre y solo habían aumentado un 1,5%.

En 2012 (en pleno rescate financiero) dijeron que los salarios habían aumentado un 0,3% y en realidad el salario nominal caía ya un 1,6% y más de un 10,2% el salario real por la pérdida de poder adquisitivo.

El salario medio en España en 2015 se sitúa en 26.259€ al año, es decir 2.188 euros al mes, si hacemos el cálculo suponiendo 12 pagas anuales. Pero la tranquilizadora media se desvanece cuando miramos los datos más de cerca. Según la Agencia Tributaria, casi 10 millones de españoles -es decir, casi de la mitad de la población activa- gana sueldos por debajo, o muy por debajo, de 1.000€ mensuales. De ellos más de tres millones y medio de trabajadores, condenados a contratos miserables de horas ganan poco más de 1.800 euros al año, apenas 150 euros al mes. Más de 2 millones, encadenados a contratos a tiempo parcial, cobran una media de 6.738 euros al año, es decir, 561 euros mensuales, por debajo incluso del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Otros dos millones, cuyo salario anual, una vez descontados los pagos a la Seguridad Social, están entre los 650 y los 700 euros mensuales. Y aún hay 2,2 millones de trabajadores cuyos sueldos netos se sitúan alrededor de los 850 euros mensuales.

No hay mucho margen para la tranquilidad salarial, al menos para las clases populares. Otros están de celebración en celebración. A pesar de que 2015 no ha sido un gran año para la bolsa española, los altos ejecutivos de bancos y monopolios del Ibex35 han decidido darse un premio, aumentándose los salarios en un 12,67% de media. La remuneración media de este reducido grupo de plutócratas ascendió a 405.266 € al año, unas 96 veces la media de sus propios empleados.

No son dos hechos aislados ni independientes, sino un par de contrarios. El aumento de sus beneficios y sus rentas es consecuencia directa del aumento de la tasa de plusvalía, de una explotación más intensa y feroz sobre la fuerza de trabajo. Y bajo su dominio no puede ser de otra manera. La ley de bronce del capitalismo -la competencia- les obliga a que avancen siempre en ese camino, gritándoles ¡adelante! ¡adelante!

Por eso no hay otra alternativa para los asalariados que desandar su camino y redistribuir la riqueza, con medidas que pongan topes a sus escandalosos beneficios y rentas, para que puedan ser redistribuidos en subidas salariales.

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