EEUU y Reino Unido

Divididos se domina mejor

Politico.eu, la edición europea de una de las revistas de referencia de análisis polí­tico en EEUU, ha calificado a Carles Puigdemont como una de «las 12 personas que probablemente arruinarán el 2017».

Anunciando que “los planes de celebrar un referéndum de autodeterminación y la férrea oposición del Gobierno central pronostica que ambas administraciones entrarán en un rumbo de colisión”.

No es la primera vez que esta influyente revista norteamericana centra su mirada en Cataluña. Cuando fue investido presidente publicó un articulo titulado “Cinco razones para que España se preocupe de Carles Puigdemont”. Y hace solo dos meses pronosticaba que uno de los “momentos Trump” (acontecimientos inesperados) en Europa puede ser, como ocurrió con el Bréxit, el referéndum en Cataluña.

Coincidiendo con el artículo de Politico.eu, The New York Times difundía en todo el mundo un vídeo donde, bajo un aparentemente inocuo reportaje sobre las collas de castellers, se introducían declaraciones a favor de la independencia catalana.

The Economist, una de las biblias del gran capital anglonorteamericano, y que explícitamente ha apoyado la celebración de un referéndum en Cataluña, desvela las verdaderas intenciones de Washington.

Aunque afirma que “algunos en Barcelona creen que los líderes de la Generalitat buscan una manera digna de retroceder”, deja la puerta abierta a que “Puigdemont pueda convencer a los catalanes de que formar parte de España es un problema”.

Y señala a Rajoy una salida al conflicto en 2017, animándole a presentar una oferta con “concesiones en financiación e infraestructuras”, junto al reconocimiento del catalán y de que “Cataluña es una nación dentro de España”.

Washington no va a fracturar una España que hoy es un peón fiable, y cada vez más importante en sus planes militares. Pero hasta llegar a la ruptura, hay diferentes grados que pueden hacer mucho daño. Un acuerdo con concesiones a Cataluña (el reconocimiento como nación y una especie de bilateralidad en sus relaciones con Madrid) debilitaría la unidad y dejaría abierta la herida para que continúe supurando.

Una situación que puede ser conveniente para los intereses norteamericanos, cuyas exigencias sobre España van a aumentar y necesitará vencer futuras resistencias a la ejecución de sus mandatos.

Siguiendo los manuales imperiales, que establecen que cuando los vasallos están más divididos se les domina mejor y con mayor facilidad.

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