Entrevista a Salvador López Arnal

Y entonces… irrumpió el pueblo trabajador

Un año después de la estafa antidemocrática del 1-O repasamos la situación actual en Cataluña con uno de los activistas de referencia de la izquierda alternativa catalana.

Hace un año del golpe antidemocrático en el Parlamento de Cataluña y las leyes de desconexión, de la estafa antidemocrática del 1-O y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). ¿Cómo ves ahora la situación de Cataluña?

En todo ese proceso creo que la gran novedad ha sido la respuesta inesperada de la ciudadanía trabajadora no secesionista de Cataluña, con las manifestaciones del mes de octubre del 2017 y otras posteriores. Eso ha sido algo que la cosmovisión secesionista no veía o no era capaz de ver. En todo lo demás los secesionistas, incluyendo las discusiones entre ellos, siguen en la misma línea, tensar y tensar, crear más cultura nacionalista secesionista, esperar al corto, medio o largo plazo, ya se verá; y destrozando dos cosas: la izquierda en Cataluña, con escasísima presencia, y la convivencia.

La llegada del nuevo Gobierno ha creado un nuevo terreno de juego, tras la inanición política del Gobierno de Rajoy. Desde la derecha se acusa a Pedro Sánchez de entregarse a los independentistas… ¿cómo ves el camino elegido por el nuevo Gobierno de “diálogo dentro de la legalidad constitucional”?

Lo que va a hacer el Gobierno lo ignoro. Si quieres que te diga la verdad, teniendo en cuenta otras experiencias que hemos tenido con el PSOE en el gobierno, no confío, de entrada. No estoy descalificando a nadie, simplemente no confío en que las palabras se traduzcan en hechos que sostengan esas palabras.

Dejando aparte esto, el marco es adecuado y el talante es distinto. Los nacionalistas no se lo esperaban y esto les descoloca. Esa vieja y persistente idea que algunos tuvimos de jóvenes, yo la tuve en su momento cuando era muy joven, de cuanto peor mejor, nosotros la hemos superado, afortunadamente. En cambio el secesionismo no la ha superado. Siguen en esas: “cuanto peor sea el otro, mejor para nosotros porque habrá más follón, más errores, y crearemos más base independentista”.

Ese talante de discutir y dialogar en un marco legal me parece muy bien. Lo que yo no veo es que se puede acordar o pactar, aunque hablar se puede hablar de muchas cosas, cuando la otra parte no quiere acordar nada. Lo único que se quiere acordar es un supuesto derecho de autodeterminación que no existe como tal para el caso de Cataluña, porque no es una sociedad oprimida, ni una colonia, ni una semicolonia, ni nada de lo que están diciendo que no tienen nada que ver con la realidad. Veo que la intención es vindicable pero no veo los resultados de ese intento.

¿Consideras que el nuevo terreno de juego y las iniciativas de Pedro Sánchez crean mejores condiciones?

Me da que sí. Pero si miras las redes sociales siguen utilizando el mismo lenguaje, descalificando e insultando. Hay un núcleo del independentismo que, por mucho que llames, la respuesta siempre va a ser la misma. Lo que sí creo es que durante muchos años la pasividad política, el no ser capaz de formular nuevas ideas, nuevos planteamientos, de no defender posiciones desde el Gobierno central, no nos ha beneficiado a la gente que no somos secesionistas y que apostamos por una España plural y federal, también por un Cataluña federal, ya que la sociedad catalana no es uniforme, es muy muy plural.

¿Crees que la agresividad de los Torra y Puigdemont genera el rechazo de una parte de su propia gente y una división inimaginable hace un año?

Pero no sé interpretar ese enfrentamiento. No soy capaz de decirte algo sensato sobre eso en términos políticos. Creo que el entorno de Puigdemont, donde no sabría a quién integrar, pretenden crear un partido fuertemente nacionalista catalán que los englobe a todos. No creo que a la CUP, o puede ser que a un sector de la CUP, todo puede pasar, y dejar muy debilitada a ERC, muy tocada, algo así. Eso puede ser un planteamiento. Si eso es real o no, ya veremos qué pasa a finales de este mes o principios de octubre, cuando van a formar este llamamiento peronista-secesionista, que no sé qué resultado puede tener.

Efectivamente esto era inimaginable hace un año cuando estaban invertidos los papeles. A finales de octubre, Puigdemont de hecho estaba dispuesto a convocar elecciones y fue la reacción de ERC lo que supuestamente le hizo cambiar de opinión. Hay que analizar el mundo secesionista con calma, con todas las opciones, sin asegurar nada, pensando que donde dicen A pueden decir mañana Z, donde las contradicciones que parecen de un tipo pueden ser de otro, y que la situación va cambiando mucho permanentemente. Lo que está claro es que tienen un núcleo, que no quiero cuantificar cuántas personas lo forman, que están seducidas por esa cosmovisión que es nacionalista, supremacista e hispanofóbica, y estoy absolutamente seguro de lo que estoy diciendo ahora. No olvidemos que tenemos como presidente de la Generalitat a un xenófobo de primera fila. No es un “señor elegante” como Mas, y no es que yo sea partidario de Mas. Este señor, por lo que sabemos y sus escritos, tienen muy poca prudencia política.

Torra dice que la independencia es la corriente principal en Cataluña, se han apropiado de la Diada… Y mientras, conocemos el informe publicado en La Vanguardia sobre la situación de la sanidad en Cataluña, que es la peor de España… ¿No están ocultando que la división que más importa es la que existe entre el 90% de la población que viene sufriendo los recortes y la ínfima minoría que los ha impuesto?

Este es el elemento central. En el 2011 había un movimiento social en torno al 15M, por decirlo rápido y con poca precisión, que generó mucha simpatía, organización, mucha gente en la calle, mucha gente combatiendo por la sanidad y la educación de calidad, por el no a los recortes… vimos a gente de los pueblos oponiéndose a las barbaridades que estaban haciendo con el cierre de dispensarios… y eso se debilitó mucho a raíz del giro secesionista del PDeCAT, es decir, de CiU.

En todo caso, eso no oculta que desde los años 80, desde la llegada de Pujol al Gobierno, por decir una fecha, ha habido un intento de nacionalizar esta sociedad, de poner a la gente ante una ideología nacionalista muy marcada, muy sesgada, muy fraccional, de poner la idea de Cataluña por delante, tapar cualquier crítica con la senyera y la estelada. Esto viene de lejos, aunque en el 2011 irrumpió de otra forma. Es un intento de construcción nacional secesionista y muy hispanofóbica, diciendo cosas como que Queipo de Llano es lo mismo que García Lorca, o que la Guerra Civil se hizo contra Cataluña.

Ahora que van a sacar a Franco del Valle de los Caídos…

No tengo ninguna duda de que en muchos lugares de España hay simbología franquista, no se puede negar, pero Barcelona tiene una estatua dedicada a Francesc Cambó, en una zona céntrica, al lado de Plaza Urquinaona, bajando Via Laietana. Y si andas 200 metros hay una avenida dedicada también a Francesc Cambó.

Desde la izquierda amplios sectores se movilizaron hace un año en defensa de la unidad, ¿sigue siendo fundamental el papel de una izquierda que defienda la unidad del pueblo trabajador en esta batalla?

Es una pregunta complicada de responder. Esa izquierda de la que hablas, de la que tú formas parte, y los colectivos a los que perteneces, hace un trabajo muy importante que yo apoyo. Pero nuestra influencia social a día de hoy es reducida. El problema es que la izquierda secesionista está como está, que es la CUP, y la otra izquierda, Cataluña en Comú y sus alrededores, juega a la ambivalencia, ayuda muy poco, juegan a taparlo todo, a decir sí pero no, no pero sí. Y en el conjunto de España, tres cuartos de lo mismo; hay posiciones de Unidos Podemos, digamos que nos las entiendo y me parecen poco positivas. Hay algunas corrientes en estos colectivos que pudieran hacer algo, pero no soy optimista. Hay que organizarse, llegar más a la gente, y que se organicen más. Esta es la tarea del momento.

Antes decías que la novedad es la irrupción del pueblo trabajador, entonces, lo principal tiene que ser unir y organizar a esa izquierda que defiende la unidad y no la división

Sí, pero por decirlo rápido y mal, las bases del secesionismo son las clases medias, con mucho tiempo y mucho dinero, con mucha retórica política, con mucha organización. En cambio, las clases sociales a las que te refieres tienen problemas como el paro, la precariedad, problemas sociales como esperar cuatro o cinco horas en Urgencias… hay más dificultades para organizarse. Insisto, organizarse es la tarea del momento.

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